Lo primero que ve un posible cliente de tu empresa es su nombre. Y aunque pueda parecerte que la denominación no es relevante, lo cierto es que tiene mucha importancia. Igual que cuidas la estética de tu escaparate, de tu local o de tu tienda online, deberías elegir con cuidado la denominación de tu negocio, puesto que puede ser un foco de atracción de clientes o conseguir el efecto contrario.
Hay quien desde el principio tiene muy claro qué nombre le va a poner a su empresa y quién pasa semanas y semanas dándole vueltas a este tema. Pero al final lo importante es que la denominación esté bien elegida y tenga gancho. Que el nombre quede grabado en la mente de los consumidores y puedan asociarlo rápidamente con el producto o servicio que tú ofreces.
4¿Cómo ponerle nombre a mi negocio?
Ha llegado el momento de empezar a pensar en el nombre más adecuado para tu empresa. En este punto pueden venirte muy bien estos consejos para hacer una lluvia de ideas y poner por escrito varias opciones de entre las que a buen seguro saldrá la denominación final.
Para empezar debes conocer bien tu empresa, sus rasgos identificativos y los objetivos que tiene a largo plazo. Esto te permitirá hallar términos que puedan definirla. Pero no te centres solo en esto, ten en cuenta también las emociones, ya que estas te ayudan a generar engagement con tu público y a fidelizar clientes.
Ahora que ya tienes una perspectiva más amplia sobre tu negocio y los objetivos que persigues con él, puedes coger papel y lápiz y empezar a generar una serie de ideas. Apunta todo lo que se te ocurra, en un momento posterior harás una criba e irás descartando opciones hasta que solo te quede una.