Últimamente el mundo está viviendo acontecimientos que nunca pensábamos que iban a ocurrir, que eran cosas que sólo se verían en las películas y en relatos distópicos. Pero la realidad siempre supera la ficción, y si una pandemia como la del coronavirus se podría pensar que algún día podría surgir, nadie imaginaba que nada menos que la soberanía popular de la primera potencia mundial y referente de las democracias occidentales -Estados Unidos- sería asaltada por unos fanáticos seguidores del todavía actual presidente, Donald Trump. Pero como casi todo, no surge al azar sino que es fruto de una planificación y de unos grupos organizados. En este caso, hay un nombre que se ya se ha hecho famoso: QAnon. Vamos a ver quiénes son y quién los dirige. Unos datos y fotos que, repetimos, serían más propias de un blockbuster de Hollywood que de la realidad.
6Trump alentó, QAnon ejecutó
Todo comenzó poco después de mediodía, cuando mientras la multitud escuchaba el éxito de los ‘Village People’, ‘Macho Man’, Donald Trump volvió a llamar a Biden «presidente ilegítimo» desde el estrado colocado en el parque Mall de Washington donde se celebraba un mitin. Reiteró que no aceptaba ni aceptaría los resultados de los comicios a pesar de que la Justicia no le ha dado la razón en ninguno de sus alegatos. Eso enardeció a sus seguidores y fue el principio de todo, con QAnon como protagonista.
Los asistentes rompieron las cuatro barreras de seguridad del Capitolio y entraron en él. Pero no era una acción nueva para muchos de ellos, porque ya se habían «entrenado» en intentos de asalto de Congresos de varios estados del país como Michigan, Pennsylvania o Wisconsin. El resto ya es historia. El Departamento de Defensa se negó a enviar refuerzos, y sólo cuando el asalto ya duraba dos horas, el Ejecutivo anunció el envío de soldados y policía. Pero ya era tarde: puertas destrozadas, cristales rotos, despachos ocupados… El alcalde de Washington declaró el toque de queda a partir de las 6 de la tarde hora local. Una media hora más tarde del toque, los últimos asaltantes abandonaban el edificio.