La reunión entre Alcoa y el comité de empresa de la planta de Cervo (Lugo) para tratar de avanzar en las negociaciones de la venta de la fábrica, lo que para la multinacional ha de pasar por la desconvocatoria de la huelga indefinida, ha terminado sin acuerdo.
Los representantes de los trabajadores ofrecieron «paz social temporal» durante siete semanas para intentar llegar a esa solución, con la sociedad estatal de participaciones industriales (SEPI) como agente dispuesto a funcionar como intermediador en la venta de la fábrica de A Mariña a Liberty.
Sin embargo, la compañía, que ha explicado «su disposición a explorar de nuevo la venta de la planta de aluminio de San Cibrao a la SEPI, tal y como han venido demandando el Gobierno y los representantes de los trabajadores, en la medida en que la huelga se desconvoque», lamenta «no haber logrado alcanzar un acuerdo, debido a las exigencias adicionales planteadas por la representación de los trabajadores», según señalan fuentes de la firma consultadas por Europa Press.
En este contexto, y después de la decisión de la justicia de anular el despido colectivo que pretendía para medio millar de empleados, y la imposibilidad de parar las cubas, la empresa insiste en que «siempre ha actuado de buena fe y está comprometida con el diálogo y la transparencia para alcanzar el mejor acuerdo posible para hacer frente a la situación insostenible de la planta de aluminio primario de San Cibrao».
Por su parte, el comité de empresa destaca que ha planteado a la multinacional suspender la huelga y «paz social temporal» durante siete semanas para buscar una solución a la fábrica de A Mariña.
El presidente del comité, José Antonio Zan, tras la reunión celebrada este jueves con la dirección de la compañía, apunta que la multinacional ha hablado de un periodo de «nueve meses» como plazo para encontrar una salida al conflicto.
«VARIOS RIFIRRAFES»
Tras «varios rifirrafes», según Zan, los trabajadores han decidido suspender la asamblea que previamente convocaron para este viernes, al no darse las circunstancias para llevarla adelante.
Por parte de Alcoa «se ha conseguido que se moviera en algunos puntos», como «en el de aceptar y reconocer que tiene que incorporar a esos ETT que había en un acuerdo de 2019 y que tenían que ya estar siendo plantilla desde 31 de diciembre».
También ha aceptado la empresa, según el comité, «hacer un seguimiento de las negociaciones y poder fiscalizarlas» en un órgano «en el que esté la SEPI».
Alcoa «solo se sienta a negociar la venta de la planta de aluminio y siempre a cambio de que se desconvoque la huelga», según ha subrayado José Antonio Zan.
De ahí que haya pedido que «tiene que entrar la SEPI en esta negociación, un tercero que no ha dado su opinión y es muy importante porque se están marcando los plazos».
«Alcoa dice que puede llegar a nueve meses y nosotros decimos que para el primer acuerdo proponemos una suspensión de la huelga y una paz social temporal durante siete semanas. Duraría ese tiempo con la vista de sacar una salida a esta problemática y llegar a una solución», ha expuesto.
Por su parte, ha reclamado «reactivar el servicio de rebrascaje de las cubas» así como el «rearranque de las cubas». «Queremos un acuerdo que dé paz social y normalidad a la fábrica pero este acuerdo tiene que venir dentro de un proceso de venta y la SEPI tiene algo que opinar», ha incidido.
Y es que, como sostiene, «si las instalaciones están bien, la SEPI da el visto bueno» y se produce «esa suspensión de huelga temporal» se puede «avanzar en ese periodo de negociación» para la venta de la factoría.