La mascarilla te ha acompañado desde el comienzo de la pandemia, y seguirá haciéndolo incluso después de la campaña de vacunación. La normalidad total como se conocía antes de esto no va a volver de la noche a la mañana. Por eso, hay que tener muy presente todas las medidas de prevención, saber cómo aplicarlas, y aplicarlas para evitar males mayores.
De poco sirve que se tenga presente que hay que desinfectar superficies, ventilar, usar mascarilla, lavarse las manos, o distanciarse de los demás si no se aplica nada de eso en el día a día. Además, tampoco serviría de mucho si se sabe, se aplica, pero se hace de la forma incorrecta. Y es que, pese a que ya es casi habitual, aún se siguen cometiendo muchísimos errores cuando se trata de prevenir…
3Con lejía o alcohol
Tampoco debes emplear desinfectantes como la lejía y el alcohol para desinfectar tu mascarilla. Por un lado, al usar estos métodos, si se trata de una mascarilla desechable, se humedecerá y perjudicarás su capacidad filtrante. Sí, tendrás una mascarilla desinfectada, pero menos segura, por lo que de poco te servirá…
Como el alcohol degrada el material filtrante de la mascarilla, evita también otros productos que contienen alcohol, como los geles hidroalcohólicos, toallitas, etc.
En cuanto a la lejía, tanto disuelta en agua como si está pura, tampoco es una buena opción. Degrada los filtros al igual que el alcohol, y puede dejar residuos que luego respirarás, lo que puede resultar en riesgos para tu salud, especialmente para personas asmáticas o con problemas respiratorios.