Los últimos movimientos producidos en el sector bancario han servido de aperitivo (y ejemplo) para todo lo que tiene que venir en 2021. La fusión entre Caixabank y Bankia marca el camino inexorablemente hacía la concentración en España. Por su parte, la salida de BBVA de Estados Unidos señala una tendencia, que se afianzará, a salir de mercados poco rentables para crecer en otros. En este contexto, Reino Unido parece atraer todas las miradas. Banco Sabadell ya ha puesto a la venta TSB, mientras Banco Santander «podría estar considerando seriamente» abandonar la región, según fuentes del sector.
La decisión de BBVA de desprenderse de su franquicia en EEUU sorprendió, principalmente, por el precio obtenido. Así, los 9.700 millones obtenidos supusieron hasta 19,7 veces el beneficio de 2019. Unas cifras qué pese a los infinitos asteriscos, los resultados estaban viciados por un ajuste negativo contable en los mismos, eran tentadoras para que otros actores siguieran sus pasos. HSBC será el siguiente. Y, en las siguientes semanas, todas las miradas se centraron en el negocio de Banco Santander en el país norteamericano.
Pero la entidad que preside Ana Botín no contempla dicha posibilidad «por ahora», especifican fuentes cercanas a la firma. De hecho, las mismas aseguran que «la intención es potenciar dicho crecimiento próximamente». Una decisión que, directa o indirectamente, pone en el disparadero a Santander UK dada su actual situación. Así, la franquicia británica de la firma financiera cántabra es la menos rentable del grupo, entre sus grandes mercados. Además, se espera que esos resultados sean todavía peores a lo largo del 2021 por la conjunción de tres factores problemáticos: el alto coste por el exceso de liquidez tras el repunte de los depósitos, la probable llegada de tasas negativas y una mayor precaución de los consumidores.
EL DIFÍCIL CONTEXTO PARA SANTANDER EN REINO UNIDO
Lo anterior, traducido a cifras es todavía más desafiante. Así, el crecimiento interanual de los depósitos se ha doblado desde que empezó la pandemia, pasando del 4% en marzo al 8% actual. Eso supone un exceso de liquidez, dinero en el balance de las entidades, que deben retribuir, aunque sea de forma escasa. De hecho, las entidades que trabajan en el país han rebajado esos pagos al mínimo histórico, apenas el 1%, lo que les ha dejado sin más margen.
Esa precaución de los consumidores, de ahorrar ante el temor de un empeoramiento de la economía, se completa con una paralización en el número de nuevas hipotecas. Por último, el Banco de Inglaterra podría anunciar próximamente, los expertos apuntan al primer trimestre de 2021, la imposición de tasas negativas, como han hecho otros tantos países. En definitiva, en el próximo año la banca minorista británica se enfrenta a una reducción de sus ingresos, por la falta de créditos nuevos y las tasas negativas, mientras que sus costes, retribuir el dinero de los clientes, aunque está al mínimo crecerá al ser mayor el volumen.
Por ello, los analistas de Bloomberg advierten de que todo ello «impulsará la salida de muchos actores bancarios extranjeros de Reino Unido». Pese a todo, el Santander esperará previsiblemente a ver como evoluciona el mercado bancario británico en materia de fusiones y adquisiciones. Y no hay mejor prueba para medir la temperatura del mismo que la que tiene por delante Banco Sabadell con la venta de TSB. La firma catalana ya ha puesto el cartel de se traspasa a su filial y todo lo que sea lograr que se venda por encima de los 640 millones de euros, cerca de 0,4 veces activos, será un llamamiento para que el Santander decida dar el paso.
LA AMBICIÓN DE BOTÍN ES LA DE CREAR UN GIGANTE GLOBAL
Por último, la decisión de vender Reino Unido y no Estados Unidos sería la mejor opción desde un punto de vista de rentabilidad. Así, todos los problemas descritos anteriormente, y que se agravarán en 2021, provocaron que Santander UK fuera la unidad menos rentable del grupo español en lo que va de 2020, con un ROTE (la ratio que mide los beneficios frente a fondos propios) del 3,1%. Por su parte, la unidad americana ofreció un 4% muy similar a la de España.
Santander tiene dos negocios muy diferenciados, aunque complementarios, en Estados Unidos. Por un lado, cuenta con una pequeña firma bancaria básica, Santander Bank. Por otro, una firma financiera principalmente de vehículos, Santander Consumer USA, que funciona muy bien. El problema al que se enfrenta la firma cántabra en estos momentos es que necesita ganar escala en el país para mejorar esas cifras, dado que el sector (al igual que en otros países) se está concentrando. «Santander tiene que decidir si crece inorgánicamente o bien sale del país» explican fuentes del sector.
Una disyuntiva que, por el momento, parece que ya tiene solución: potenciar el crecimiento. Para ello, primero deberá deshacerse de Reino Unido. Aunque el plan a más largo plazo no solo contempla incrementar su posición en la región como forma de obtener una mayor rentabilidad, sino para crear un titán transoceánico
Así, el ambicioso plan de Botín sigue siendo crear un gigante global. Para ello, EEUU es vital. La primera pata de ese titán será Europa. Así, el Santander anunció recientemente su plan más ambicioso, Santander ONE, al intentar unificar todo su negocio en el viejo continente bajo una misma plataforma. Una hoja de ruta que se desarrollará en los próximos años, mientras se crece en América. Obviamente, el siguiente paso será crear un Santander One en América, para finalmente unificar ambas plataformas.
Será entonces, dentro de muchos años, cuando Botín habrá cumplido su sueño de crear un gigante totalmente global. Y, es que, solo con dicha escala podrá hacer frente a los titanes tecnológicos que más tarde o más temprano intentarán también comerse al sector bancario.