Si hay uno producto estrella en Navidad, ese es el langostino. Es cierto que hay otros muchos, sobre todo en mariscos en general, pero este es el que más triunfa por aunar sabor y buen precio, dentro de lo que cabe en estas fechas. No obstante, siempre lo puedes comprar congelado mucho antes y te ahorras un buen dinero. De cualquier forma, los langostinos son deliciosos sin nada, como entrante, pero en estas reuniones familiares siempre está bien sorprender y reinventar este marisco probando recetas nuevas. Y aquí entra MERCA2 para darte unas cuantas ideas deliciosas y fáciles de preparar. Eso sí, fíjate bien antes en cuáles comprar y en qué fijarse.
6Crema de langostinos
Otro clásico navideño y otro clásico entrante. Por un lado necesitas obviamente los langostinos crudos (unos 600 gramos), y las verduras imprescindibles: una cebolleta, un puerro, una zanahoria, un apio y un tomate pera. Y por otro todas las especias e ingredientes líquidos: laurel en hoja. pimentón dulce (2 gramos), 50 ml de brandy, 1200 ml de caldo de pescado, 100 ml de nata líquida, pimienta negra en grano, sal, cebollino y aceite de oliva virgen extra. Ahora te contamos cómo hacer la receta.
Lo primero que tienes que hacer es como siempre, preparar los langostinos. No olvides reservar aparte entre 4 y 8 langostinos para la posterior presentación. A continuación toca lavar bien las verduras y picarlas en piezas pequeñas para así cocinar más rápido luego. Si quieres no haca falta pelar nada porque todo se va a triturar y colar. Es ya momento de calentar un poco de aceite en una olla o cazuela grande y pochamos todas las verduras excepto el tomate, siempre con una pizca de sal y granos de pimienta añadidos. Ahora sí toca añadir el tomate para que deshaga un poco. Agregamos al guiso los langostinos junto con las cabezas más el laurel, el pimentón y otro poco de sal. Salteamos con el fuego muy vivo y añadimos el brandy hasta que se evapore el alcohol. Lo cubrimos con el caldo y lo dejamos cocer durante unos 20 o 30 minutos ya con el fuego suave. Las colas las puedes o no pelar antes de triturar, según el gusto, o bien usar una batidora. Retiras el laurel y se tritura bien hasta que se quede en grumos. Se cuela y se vuelve a calentar en otra olla.