Grano de cereal malteado, levadura, malta y, por supuesto, agua. Porque el agua representa el 95% de la composición de la cerveza. Y está presente en toda la cadena de valor del producto. Un recurso escaso por lo que conviene disminuir su uso. “En los últimos diez años hemos conseguido reducir en un 37% el consumo de agua,” afirma a MERCA2 Juan Antonio López Abadía, director de optimización de energía y de medio ambiente de Damm.
Un hito que ha sido posible gracias a la implantación de medidas como la instalación de contadores de agua que, junto a un sistema informático de gestión, permiten conocer el gasto de agua por cada unidad producida y la participación en programas de recuperación.
“Asimismo, desde Damm hemos lanzado programas de asesoramiento a los agricultores que proveen de materia prima a la compañía. Se ha hecho con el objetivo de ayudarles a reducir el agua que se emplea en los cultivos mientras mantienen la máxima producción. Así se reducen el impacto ambiental y los gastos del agricultor”, recalca Juan Antonio López Abadía.
Actualmente, Damm tiene en marcha diferentes proyectos de I+D cuya finalidad es reducir la ratio de consumo de agua por hectolitro de producto en el proceso de elaboración de la cerveza. Una pieza más en el engranaje de la cervecera en su estrategia de crecimiento sostenible.
DAMM REDUCE ENERGÍA
También durante la última década, Damm ha reducido un 45% la energía utilizada para la producción de cada hectolitro de cerveza. “Para conseguirlo, hemos invertido en fuentes de generaciones renovables y energéticamente eficientes como la cogeneración, la trigeneración a partir de biogás, y la solar fotovoltaica”, añade Juan Antonio López Abadía.
Damm produce energía mediante cogeneración en la fábrica de El Prat de Llobregat (Barcelona) y en la maltería de La Moravia en Bell-lloc d’Urgell (Lleida). Además, genera casi 3 millones de kWh de energía eléctrica a través de fuentes de generación de biogás de origen renovable en la fábrica de El Prat de Llobregat. También cuenta con 13.000m2 de paneles fotovoltaicos, con una potencia total de 1,7Mw repartidos entre la fábrica de El Prat de Llobregat y la plataforma logística que la compañía tiene en la Zona de Actividades Logísticas del Puerto de Barcelona (ZAL).
“El 100% de la energía eléctrica comprada en todos los centros de producción y envasado, y en los almacenes, cuenta con certificado de origen renovable”, añade el directivo de Damm. Gracias a estas medidas, la cervecera ha reducido un 60% las emisiones de CO2 respecto a 2008. El uso de energías renovables ha evitado la emisión anual de 2.160 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.
Por lo que respecta al transporte, Damm ha transformado la flota de vehículos incorporando medios impulsados por gas natural. Y las carretillas de los centros logísticos se han sustituido por otras eléctricas con baterías de ion de litio. “A través del transporte colaborativo buscamos la optimización de las cargas y rutas de transporte. También la disminución de los viajes en vacío para dejar de emitir 204 toneladas de CO2 a la atmósfera”, matiza.
ECONOMÍA CIRCULAR
Damm lleva varios años apostando por un modelo de economía circular basado en la reutilización, reducción y reciclaje de los recursos. Así, más del 99% de todos los materiales y materias primas que adquieren son valorizables e incorporables a la cadena productiva. “Estamos trabajando para certificar en residuo cero todas las fábricas de Damm”, señala Juan Antonio López Abadía.
Algunos ejemplos son la reutilización de las más de 100.000 toneladas anuales de bagazo, producto orgánico fruto de la cocción de la malta y del arroz durante el proceso de elaboración de la cerveza, como alimento para vacas o la generación de energía renovable a partir de cerveza.
“Durante este año pusimos en marcha un proyecto para dar una segunda vida a la cerveza de los barriles retirados de los bares y restaurantes. A través de un proceso de transformación de la cerveza en biogás se generó la energía verde que equivale al consumo mensual de 2.500 hogares, evitando la emisión de 250.000 kilos de CO2 a la atmósfera”, concluye el directivo de Damm.