El café es una de las bebidas más populares a nivel mundial. Aunque lo más común es tomarlo en el desayuno, lo cierto es que también es habitual el café de media mañana, el de después de comer e incluso uno a media tarde, y mucho más si estamos trabajando.
Cada vez que nos preparamos una taza de café se generan unos posos que solemos tirar a la basura. Sin embargo, lo que quizá no sepas es que este residuo puede llegar a ser muy valioso porque tiene usos muy diferentes. Échale un vistazo a los usos que te vamos a recomendar y seguro que empiezas a ver los posos de otra manera.
1Con los posos del café eliminas los malos olores de las manos
Cocinar puede ser un auténtico placer, y no en vano es el hobby de muchas personas, pero al ponernos a hacer nuestras recetas favoritas a veces tenemos que manipular alimentos que nos dejan un fuerte olor en las manos que es capaz de permanecer durante horas aunque nos las lavemos con jabón.
Ocurre con la cebolla, con el ajo y también con pescados o mariscos. Por suerte, los posos del café vienen en nuestra ayuda. Si sabes que vas a manipular estos alimentos, guarda los posos y una vez que hayas terminado el trabajo frótate las manos con ellos y luego enjuaga con agua. El olor desaparece de forma inmediata.