Hace 13 años, Jaime Guardiola era el número tres de BBVA, en concreto, el responsable del banco para España y Portugal. Pero el presidente del Banco Sabadell, José Oliu, le propuso un nuevo reto: subir un escalón y ser el número dos de su banco.
El directivo catalán no lo pensó mucho pues en apenas unos días se había incorporado al banco como director general. Pocos después se le designó como consejero delegado, un cargo del que se despedirá este año.
El banco quiere dar un giro de 360 grados y tiene planes para ello, aunque quiere desgranarlos después de presentar resultados anuales –a finales de enero-. Pese a ello, ya han adelantado algunos, como la venta de la filial británica TSB o la salida de México, dos negocios donde Guardiola ha tenido un peso relevante, por eso su salida, cierra el círculo que él mismo abrió.
CAMBIO EN LA CÚPULA
Algo que también ha servido como revulsivo para que Guardiola de un paso al frente ha sido la no fusión con BBVA. Lo que se había acordado –antes de romper las negociaciones- era que Carlos Torres sería presidente y Oliu, vicepresidente.
Onur Genc sería el consejero delegado, pero también había planes para Guardiola, aunque serían transitorios. Es decir, se quedaría mano a mano con el directivo turco unos meses, pero no se contemplaba que formara parte del consejo de administración, pues su idea ya era retirarse.
Ahora, una vez que el banco catalán ha decidido seguir en solitario, Guardiola no necesita dar esa tregua. Según Bloomberg, Sabadell anunciaría su sucesor esta misma semana y todo apunta a que será César González-Bueno. Pero aun siendo así, no tomaría el relevo hasta que se reorganice la cúpula. Y eso no se espera hasta el primer trimestre de 2021.
LA LLEGADA DE GUARDIOLA
Jaime Guardiola llegó a Sabadell en 2007 en sustitución de Juan María Nin, que había dejado su plaza vacante dos meses antes para irse a la Caixa. Nin estrenó el cargo de consejero delegado de Sabadell, de hecho, fue un puesto de nueva creación. Hasta ese momento, era director general de la entidad.
Después de ejercer como CEO durante dos años, llegó Guardiola y lo hizo en un momento clave, pues tan solo un año después estalló la mayor crisis financiera global y la banca española se vio especialmente afectada.
Tras años convulsos, Guardiola y Oliu, llevaron a cabo importantes operaciones, como la compra de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. La CAM estaba al borde la quiebra y en 2011, el Sabadell se lo quedó por un precio simbólico, un euro. Menos de un año después, hacía lo propio con Caixa Penedès, de Banco Mare Nostrum (BMN).
Fue en 2015, cuando el banco apostó decididamente por invertir fuera de nuestras fronteras.
EL AÑO DE TSB Y MÉXICO
En marzo de 2015 se presentó la gran apuesta del presidente y consejero delegado: entrar en Reino Unido. El banco quería tener un 22% de sus activos en el exterior, frente al 5% de ese momento y lo conseguiría después de comprar el británico TSB por 2.350 millones de euros.
Guardiola explicó entonces que la estrategia del banco era invertir en mercados que pudieran agregar valor y potenciar su internacionalización, sin abandonar su voluntad de seguir creciendo en España. En ese momento, Reino Unido ofrecía esa oportunidad.
También ahí adelantó que Estados Unidos y México seguían en el radar, y que en el último querían entrar de lleno en la recta final del año, primero en empresas y después con particulares.
LLEGAN LOS PROBLEMAS
En Reino Unido, todo se truncó en 2016 con el referéndum del Brexit y su respectivo castigo en Bolsa. Después, la situación se agravó en 2018, concretamente con el inicio de la migración tecnológica, algo que se dio por solucionado en 2019.
En cuanto a México, aunque la entidad ya había entrado en 1991, fue finalmente en 2016 cuando apostó decididamente por este mercado. En ese momento, la esperanza estaba puesta en que en unos años este mercado representara al menos el 5% del total de la actividad de Sabadell, pero las cifras actuales aun estas lejos.
Para el Sabadell, México apenas supone un 2,6% del beneficio a nivel grupo y Reino Unido un 25,8%. España es su principal mercado y ocupa un 71,6%. La fusión con BBVA le habría ayudado a remontar el negocio en estos mercados, por eso, al cancelarse se ha optado por salir de ellos.
SOLUCIONES
Sabadell busca soluciones, ahora sí, en solitario. La entidad quiere vender TSB, pero el problema es que su valor ahora mismo está muy bajo, su precio no es real. Los analistas no lo valoran hora en más de 1.000 millones y paradójicamente lo que más valor tiene en este momento es su plataforma informática, la que tantos dolores de cabeza dio en 2018.
Pero si deciden vender TSB a un precio bajo, se da la paradoja de que aunque genere pérdidas, tendrá un impacto positivo en el ratio de capital y le permitirá reforzar su solvencia al liberar activos ponderados por riesgo. Es decir, vender la filial a perdidas tendrá un impacto neutro en el capital, pero el mercado lo premiaría al eliminar incertidumbre.
A la venta de Reino Unido le seguirá la de México, pues con ella se estima que podría obtener entre 250 y 300 millones, gracias al fuerte crecimiento de sus cifras, aunque mantiene una rentabilidad pequeña en sus últimos años.
El misterioso plan de futuro del Sabadell parece estar ahora más claro. La entidad quiere dejar los deberes hechos este 2021, primero desinvirtiendo en lo que no ha dado resultado. También haciendo ajustes – la entidad prevé amortizar 1.800 puestos de trabajo- y a su vez, dándole un lavado de cara al banco. Aunque la salida del Guardiola sea voluntaria, su relevo traerá otros 6 nuevos fichajes. Ideas frescas y gente nueva.