Llevar la mascarilla puesta es necesario, además de saber cómo usarla correctamente, lo que no debes hacer con ella, y si se puede o no desinfectar para reutilizar. Pero seguro que en muchas ocasiones te puede llegar a agobiar, especialmente algunos tipos de mascarillas. En esos casos sentirás la tentación de quitártela momentáneamente, pero no deberías hacerlo. Especialmente si estás en un lugar con más personas o si tienes las manos sucias.
Pero deberías saber que eso se puede resolver con algunos trucos y cosas que deberías saber para elegir una mascarilla más adecuada para ti, y que puedas respirar con mayor facilidad sin sentir esa sensación de ahogo…
3¿Por qué noto que me ahogo con mascarilla?
La mascarilla tiene un tejido filtrante que es bastante espeso para evitar que entren o salgan partículas. Eso hace que el aire también entre con mayor dificultad, dando la sensación de ahogo. Más aún cuando necesitas más oxígeno, como cuando estás caminando, corriendo, o practicando cualquier otra actividad física.
La densidad del tejido de la mascarilla es la clave también para que una mascarilla no te genere esa sensación de ahogo, como podrás leer en el siguiente apartado.
Además, cuando pasas muchas horas, es probable que los poros del tejido se saturen o que la humedad haga que cada vez sea más complicado respirar con ella, a la par que va mermando su efectividad.
Pero recuerda que una mascarilla es un elemento de protección que no te hará ningún mal. Todo lo contrario, te va a proteger y protegerá a los demás. Ten en cuenta que incluso las personas con problemas respiratorios leves las usan sin problema.
A no ser que tengas un problema respiratorio severo, y que tu médico te recomiende no llevarla (con un documento que lo certifique para justificarte ante los cuerpos de seguridad), deberías tenerla siempre que salgas o haya varias personas en el entorno.