Un autónomo al frente de su propio negocio tiene muchas cosas importantes que atender. Sin embargo, hay una preocupación que suele situarse por encima de las demás: la gestión tributaria. Y es que lo que menos quiere un profesional es tener problemas con Hacienda.
Esto se debe a que cualquier pequeño error puede llegar a salir muy caro. No es necesario que haya voluntad de defraudar o que se deje una cantidad importante sin pagar. Una errata en la autoliquidación de impuestos, cometida involuntariamente, puede acabar derivando en una sanción que afecte al bolsillo del autónomo.
6El problema se agrava ahora todavía más
Los autónomos denuncian que esta situación que consideran abusiva se viene produciendo desde que en el año 2003 se modificó la Ley, pero que la situación ha empeorado en los últimos meses y este tipo de sanciones pueden suponer el último clave en el ataúd de profesionales que están intentando mantener su negocio a flote como pueden.
Con la llegada de la pandemia de Covid-19 son muchos los autónomos que no han tenido más remedio que buscar nuevas fórmulas para ahorrar gastos, y en no pocos casos han optado por prescindir de su asesor fiscal. Sin él, muchos profesionales están cometiendo errores en sus autoliquidaciones por no saber bien cómo las tienen que hacer o bien están presentado los documentos fuera de plazo. Acciones todas ellas que van a ser sancionadas con 300 euros.