Un autónomo al frente de su propio negocio tiene muchas cosas importantes que atender. Sin embargo, hay una preocupación que suele situarse por encima de las demás: la gestión tributaria. Y es que lo que menos quiere un profesional es tener problemas con Hacienda.
Esto se debe a que cualquier pequeño error puede llegar a salir muy caro. No es necesario que haya voluntad de defraudar o que se deje una cantidad importante sin pagar. Una errata en la autoliquidación de impuestos, cometida involuntariamente, puede acabar derivando en una sanción que afecte al bolsillo del autónomo.
3¿Por qué ocurre esto con Hacienda?
Como decíamos antes, el origen del problema está en el artículo 198 de la Ley General Tributaria, que hace referencia a las infracciones por no presentar en plazo las autoliquidaciones o declaraciones si esto no produce perjuicio económico a la Hacienda Pública.
La ley califica esta conducta como una infracción leve sancionada de conformidad con lo previsto en los artículos 93 y 94 de la misma norma. Y si acudimos a estos preceptos vemos que la sanción prevista es de 20 euros por cada dato o conjunto de datos erróneos, pero con un mínimo de 300 y un máximo de 20.000 euros.