Un autónomo al frente de su propio negocio tiene muchas cosas importantes que atender. Sin embargo, hay una preocupación que suele situarse por encima de las demás: la gestión tributaria. Y es que lo que menos quiere un profesional es tener problemas con Hacienda.
Esto se debe a que cualquier pequeño error puede llegar a salir muy caro. No es necesario que haya voluntad de defraudar o que se deje una cantidad importante sin pagar. Una errata en la autoliquidación de impuestos, cometida involuntariamente, puede acabar derivando en una sanción que afecte al bolsillo del autónomo.
2De la sanción a la cuantía mínima que cobra Hacienda
En realidad, las infracciones leves se sancionan con una multa de 20 euros. Es decir, que si un autónomo presenta una autoliquidación fuera de plazo, solo debería abonar esta cantidad extra como penalización por no haber cumplido con su obligación a tiempo.
Sin embargo, aunque la sanción mínima sea de 20 euros, la cuantía mínima que cobra Hacienda es de 300 euros. ¿Cuál es el resultado de esto? Que cualquier autónomo que haya cometido una falta leve acabará pagando como mínimo 300 euros cuando en realidad solo le correspondería pagar 20.