sábado, 23 noviembre 2024

Los ecocombustibles, aliados para descarbonizar el transporte

El reloj de la transición energética no se detiene. Por eso, cuantas más herramientas tenga la sociedad en su conjunto para afrontar este reto, mejores resultados se conseguirán. Un elemento clave serán los ecocombustibles, líquidos sostenibles no derivados del petróleo con nulas, bajas e incluso negativas emisiones de CO2 a lo largo de todo su ciclo de vida.

Existen varias rutas tecnológicas para fabricar ecocombustibles, pero todas tienen algo en común: el uso de materias primas alternativas. Para producir biocombustibles sostenibles, por ejemplo, se utilizan materias primas de origen biológico, así como una amplia gama de residuos. En el caso de los combustibles sintéticos se usa hidrógeno producido con electricidad renovable y CO2 capturado.

Tienen un enorme potencial y destacan por su gran versatilidad, con múltiples aplicaciones tanto en el sector de la movilidad como en la industria. Y esa es la clave. Se trata de aunar todas las necesidades sociales, desde el ámbito empresarial e industrial al engranaje ciudadano.

Una alternativa sostenible

Los ecocombustibles son una solución sostenible y eficaz para lograr la reducción de las emisiones en el transporte que ha propuesto el Gobierno de España en su ‘Plan Nacional de Clima y Energía’, en especial en sectores difíciles de descarbonizar a través de la electrificación, como el transporte de mercancías por carretera o el sector aéreo o marítimo.

Su principal ventaja es que se pueden utilizar en los vehículos actuales de combustión, la mayoría de los que circulan por las ciudades y carreteras españolas, lo que permitirá aprovechar las infraestructuras existentes de repostaje y distribución. Además, ayudarán a reducir las emisiones de CO2 en el transporte sin necesidad de esperar al desarrollo de infraestructuras de recarga o la renovación del parque automovilístico por vehículos eléctricos.

Por otro lado, el desarrollo de los ecocombustibles ofrecerá a los usuarios del transporte por carretera la posibilidad de elegir entre distintas tecnologías de bajas emisiones de carbono, proporcionándoles una alternativa estratégica que no se limite a la electrificación, que hasta hoy se ha planteado como la única vía posible para reducir las emisiones de CO2 en este sector.

Impulso de la economía circular

Los ecocombustibles tendrán el valor añadido de impulsar la economía circular en España, al favorecer el uso y la reutilización eficiente de los recursos, materias primas y productos a lo largo de su ciclo de vida. Y no solo eso, ya que los sectores agrícola, químico, forestal, de residuos y reciclaje participarán en la cadena de valor de estos nuevos combustibles, aportando las materias primas necesarias para su fabricación, con el consiguiente beneficio económico.

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La economía circular es uno de los pilares del proceso de transformación industrial de Repsol, que está adaptando sus complejos industriales para utilizar residuos de diferentes orígenes como materias primas y convertirlos en productos (combustibles y materiales) neutros en carbono, con el objetivo de utilizar cuatro millones de toneladas anuales de residuos.

En esta década, la compañía energética se convertirá en una empresa de referencia en biocombustibles sostenibles, incrementando su capacidad de producción de las 700.000 toneladas anuales actuales a 1,3 millones en 2025 y a más de 2 millones en 2030.

Proyectos para una industria fuerte y sostenible

En los últimos meses, Repsol ha presentado varios proyectos e iniciativas industriales que le permitirán reforzar su papel como suministrador clave de ecocombustibles para el transporte y seguir avanzando hacia su objetivo de ser una compañía neutra en carbono en 2050.

En octubre, la compañía anunció la construcción en su refinería de Cartagena de la primera planta en España de biocombustibles avanzados, fabricados a partir de materia prima reciclada, que suministrará 250.000 toneladas al año de hidrobiodiésel, biojet, bionafta y biopropano. Estos biocombustibles supondrán un ahorro de emisiones de 900.000 toneladas de CO2 al año, una cantidad similar al CO2 que absorbe un bosque del tamaño de 180.000 campos de fútbol.

Pero no es el único caso. El pasado verano, el complejo industrial de Repsol en Puertollano (Ciudad Real) elaboró las primeras 7.000 toneladas de keroseno con biojet del mercado español, que aportarán una reducción de emisiones equiparable a 40 vuelos Madrid-Barcelona.

Otro de los proyectos industriales de Repsol se localiza en el puerto de Bilbao, donde construirá una planta de generación de biogás que utilizará residuos urbanos como materia prima. Este gas se empleará para sustituir parte del consumo de combustibles tradicionales de la refinería de Petronor. En una primera fase podrá procesar 10.000 toneladas de residuos urbanos al año.

El puerto de Bilbao también acogerá una de las mayores plantas de producción de combustibles sintéticos cero emisiones netas del mundo a partir de CO2 e hidrógeno renovable. La instalación, que estará operativa en cuatro años, será de referencia en Europa por la tecnología puntera aplicada y por el uso del CO2 capturado en la cercana refinería de Petronor, la única de la Península Ibérica y una de las pocas de Europa que ha integrado este tipo de procesos.

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Todas estas inversiones industriales no solo servirán para impulsar la producción de ecocombustibles. También permitirán contribuir al desarrollo de una industria fuerte y sostenible, que impulse la reactivación económica de España. La transición energética no solo no se detiene, sino que será una fuente de oportunidades para el progreso del país.


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