Hace dos décadas apenas se le daba importancia al marketing digital, pero hoy en día sabemos que la reputación online puede tener una gran influencia en el éxito o el fracaso de un negocio o un profesional. Precisamente por ello, una gran parte del esfuerzo que realizan los emprendedores con respecto al marketing digital se centra en asegurarse de que tienen una buena imagen pública.
Un buen perfil en LinkedIn, trabajar las redes sociales adecuadas, ofrecer productos y servicios de calidad, dar una buena atención al cliente… son muchas las cosas que influyen en la imagen que transmite al público un determinado negocio o un profesional. Sin embargo, también hay cosas que escapan de su control. A veces basta un simple comentario negativo en Internet para empezar a perder rentabilidad.
2Malas opiniones reales vs. ataques de trolls
El consumidor que busca información sobre un negocio pocas veces se para a examinar si la misma es veraz, básicamente porque no puede saberlo. Esto implica que un troll puede convertirse en la peor pesadilla para tu negocio. Porque no es alguien que haya tenido una mala experiencia contigo, simplemente es alguien que quiere molestar y causar daño.
A la hora de luchar contra las malas opiniones online primero tienes que hacer un proceso de investigación. Conocer el origen de la mala opinión que puede tener un cliente sobre tu negocio y luego intentar remediarlo. Pero si se trata de un troll, posiblemente nada de lo que hagas pueda evitar que siga vertiendo su veneno online.