El sector inmobiliario enfrenta el último mes del año haciendo balance de este 2020 que ha estado marcado por la pandemia del coronavirus, el confinamiento y la paralización total del sector de la construcción durante unos días. Los expertos prevén una caída cercana al 25% en la demanda de vivienda el próximo año, así como una rebaja en el precio de los inmuebles de segunda mano.
Los malos datos que los expertos auguraban para el último trimestre de este año se van a retrasar hasta comienzos de 2021, teniendo que esperar hasta 2022 para volver al nivel de ventas y de alquiler de viviendas registrado en 2019. De hecho, la demanda se está reduciendo en 2020 y podría llegar a caer un 25% en 2021 respecto a 2019, si el contexto económico no mejora, según un informe elaborado por Colliers International.
En cuanto a la construcción de obra nueva, la consultora prevé una reducción de la actividad del 30% en 2019 con respecto a los datos de 2018. Así, se levantarán unas 70.000 viviendas al año, lo que supone retroceder a niveles de 2016.
SHOCK PANDÉMICO
La crisis sanitaria ha supuesto un shock para el sector inmobiliario, pero la “fuerte corrección” de los precios de venta no va a ser tanto. “Las primeras previsiones apuntaban a que 2020 cerraría con una caída en la línea del PIB, alrededor del -10%. No obstante, este recorte será mucho más moderado, situándose entre el crecimiento plano y el -2%. Todo parece indicar que las bajadas se trasladarán al 2021 y, en menor medida, al 2022, por lo que en 2021 podremos ver devaluaciones de entre el -5% y el -7%”, asegura Ferran Font, director de Estudios de pisos.com. Pese a estas rebajas de precios, la obra nueva y la segunda mano mejor situada y con más calidad aglutinarán el producto que mejor va a aguantar.
En lo que respecta a las compraventas, llegaron a caer hasta un 53,7% en mayo según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero desde la inmobiliaria creen que las operaciones cerrarán 2020 con una caída interanual en torno al -20% y un volumen cercano a las 400.000 unidades.
Otro segmento que va a seguir sufriendo los efectos de esta crisis económica es el ámbito de las hipotecas. “En 2020 caerán interanualmente la mitad que las compraventas, logrando un total de entre 320.000 y 330.000 firmas. De cara a 2021, la evolución de los préstamos para comprar vivienda estará ligada al contexto macroeconómico. No se espera una contracción del crédito o un endurecimiento de las condiciones, pero es obvio que las entidades financieras serán más cautelosas, por lo que los avales estatales podrían cobrar sentido”.
SE MANTIENEN LAS PREFERENCIAS
Las largas semanas de confinamiento han destapado las deficiencias de muchos hogares, y las preferencias al elegir otra vivienda han cambiado. Así, el Observatorio Vía Célere de la vivienda en España determina que la tendencia de la demanda se traslada fuera de los núcleos urbanos.
Según el estudio, las ciudades pequeñas situadas cerca de las grandes urbes seguirán siendo la opción preferida de los españoles en 2021. La segunda opción también supone un desplazamiento centrífugo de las búsquedas de vivienda.
Por otro lado, el próximo año continuará teniendo un gran protagonismo las zonas comunes en los residenciales. De hecho, el informe desvela que la piscina continúa siendo la zona común con más influencia en el proceso de compra de una vivienda nueva (74%), mientras que la sala de estudio se sitúa en la segunda posición (67%), probablemente impulsada por el auge del teletrabajo.
Además, a los compradores les preocupan factores como la sostenibilidad, la gestión eficiente de los recursos o la accesibilidad. Esto ha supuesto que sus motivaciones de compra varíen y que lo tengan en cuenta cuando apuestan por una u otra inmobiliaria para la adquisición de su vivienda.