Largas jornadas laborales, salarios bajos, poco reconocimiento profesional, imposibilidad de conciliar la vida profesional y la personal, estrés… todas estas situaciones hacen que trabajar pueda llegar a convertirse en un auténtico infierno. El conocido como desgaste laboral es un tipo específico de estrés que afecta tanto a asalariados como a autónomos.
La estadística nos dice que existe un alto número de trabajadores en España que sufre esta patología. Aunque generalmente no se considera algo grave y no se le presta demasiada atención, puede ser el desencadenante de importantes depresiones y de la aparición de problemas como insomnio o falta de concentración, así que no es algo que deba tomarse a la ligera.
8Aprende a decir “no”
Con frecuencia lo que nos quema es tener demasiadas tareas pendientes. Por muchas horas que dediquemos no llegamos a nuestro objetivo y además nuestro trabajo va perdiendo calidad. Sin embargo, solucionar esto está en nuestra mano. A veces es tan sencillo como saber decir “no” tanto a jefes como a compañeros que piden favores.
Si a esto le añades una buena organización de tu trabajo en la que te marques prioridades, podrás acabar tu jornada mucho antes y no te quedarás con la sensación de que deberías haberte quedado más tiempo para cumplir con todas tus obligaciones. Haz solo aquello que puedes y verás como los niveles de estrés comienzan a descender rápidamente.