Largas jornadas laborales, salarios bajos, poco reconocimiento profesional, imposibilidad de conciliar la vida profesional y la personal, estrés… todas estas situaciones hacen que trabajar pueda llegar a convertirse en un auténtico infierno. El conocido como desgaste laboral es un tipo específico de estrés que afecta tanto a asalariados como a autónomos.
La estadística nos dice que existe un alto número de trabajadores en España que sufre esta patología. Aunque generalmente no se considera algo grave y no se le presta demasiada atención, puede ser el desencadenante de importantes depresiones y de la aparición de problemas como insomnio o falta de concentración, así que no es algo que deba tomarse a la ligera.
3Evaluar alternativas
El trabajo es nuestro medio para vivir, pero no debe ser nuestra vida ni afectar negativamente en la misma. Si notamos que ya no podemos con la situación quizá lo mejor sea empezar a buscar alternativas. En los casos más drásticos habrá que plantearse optar directamente por un cambio de empleo.
Si nuestro problema es el ambiente laboral o la falta de control sobre horarios o recursos podríamos buscar alternativas como pasar de jornada completa a jornada parcial, optar por el teletrabajo o una flexibilización horaria, así como intentar repartir el trabajo entre más personas si notamos que no podemos atender a todas nuestras obligaciones.