La fritá andaluza es, tal y como dice su nombre, una preparación tradicional típica de esta región, que consiste en una variación de la clásica salsa de tomate frito, pero mejorada y muchísimo más rica. Es muy fácil de preparar en casa y merece la pena tener siempre un poco de fritá reservada, ya que podemos darle varios usos y mejorar nuestros platos de manera sorprendente. La principal diferencia es que, además de los tomates maduros de la salsa común, la fritá incorpora otras hortalizas como cebolla y pimiento, que le dan un sabor con más matices, más sabroso e intenso. Se puede incorporar a los platos de pasta y darle un toque muy español a la receta más italiana, ¿por qué no?
5CÓMO ACOMPAÑAR LA FRITÁ ANDALUZA
Esta salsa de tomate, como decíamos, es ideal como variante en las recetas que habitualmente llevan tomate frito, como por ejemplo para sustituir la boloñesa de la pasta. Aunque si queremos ceñirnos a la pura tradición, lo típico es tomar la fritá para acompañar un huevo frito. Una simple combinación que demuestra una vez más que la cocina sencilla puede superar a las elaboraciones más complicadas. También queda perfecta con una tortilla, francesa o de patata.
Por otra parte, se puede condimentar con hierbas aromáticas como un poco de orégano o perejil, siempre procurando que el sabor del tomate mantenga su protagonismo. Hay quien incorpora guisantes, algo de jamón o chorizo, aunque ya nos estaríamos alejando un poco del auténtico sabor de la fritá andaluza.