El perfil del profesional que trabaja por su cuenta es muy diferente hoy en día al de hace dos décadas. Y lo es porque la tecnología ha cambiado la forma de trabajar e incluso de pensar. Si a principios de los 2000 un pequeño empresario ni soñaba con poder llevar su negocio más allá de las fronteras de su municipio de residencia, hoy en día muchos emprendedores ya ponen en marcha su idea empresarial con intención de vender productos y servicios en todo el mundo.
La internacionalización se ha simplificado gracias a las nuevas tecnologías y también gracias al desarrollo de normas que permiten la prestación de servicios o entrega de bienes interfronteras de forma mucho más rápida y sencilla. Y a ello hay que sumarle que cada vez hay más empresas que ofrecen servicios accesorios que facilitan la vida de aquellos empresarios que quieren sacar rentabilidad a su negocio a nivel internacional. Pero, a pesar de estas facilidades, no todo el mundo está listo para convertir el mundo en su mercado. ¿Tú lo estás? Vamos a comprobarlo.
1Te has dado cuenta de que el mercado doméstico tiene debilidades
En poco más de 10 años hemos pasado por dos crisis. A la de 2008 le sumamos ahora la generada por el coronavirus. Es posible que esto te haya hecho darte cuenta de que el mercado doméstico puede llegar a ser bastante débil. En cuanto hay el más mínimo problema comienzan los despidos y con ellos la falta de recursos económicos para las familias, lo que deriva en un consumo más bajo.
España es un país que nunca lo ha tenido fácil para salir de las crisis económicas. Sin embargo, otros países tienen una importante capacidad de recuperación. Esto nos lleva a una conclusión: si no podemos vender nuestros productos o servicios en nuestro país porque no hay muchos consumidores dispuestos a comprarlos, seguro que podemos hacerlo en el extranjero. Esto permitirá que tu negocio sobreviva incluso en tiempos de crisis.