Cada vez que se aproxima el final del año los emprendedores deben elaborar un presupuesto a fin de planificar el año siguiente, para hacerlo deben tener muy en cuenta los resultados anteriores. Pero, ¿qué ocurre cuando se está al comienzo de la actividad? En este caso no hay datos que se puedan consultar, pero elaborar un presupuesto es algo totalmente esencial.
En este caso lo que tenemos que hacer es una estimación de ingresos y gastos que sea lo más realista posible para intentar hacer así todos los ajustes posibles y evitar un sobreendeudamiento, que ya sabemos que es uno de los errores frecuentes al emprender por primera vez. Vamos a ver cómo tenemos que hacerlo.
1Empieza tu presupuesto planificando lo que necesitas para abrir
Una buena forma de empezar a estimar ingresos y gastos es calcular lo que te costará tener abierto tu negocio el primer día. Esto implica valorar diferentes gastos como el coste del alquiler de la oficina o el local (o la hipoteca si optas por comprar) y el coste de los activos fijos (todo lo que necesitas para trabajar: ordenador, herramientas, material de oficina, etc.)
A ello súmale el coste adicional de posibles licencias de apertura que puedas necesitar, gastos de reforma del local para adecuarlo a tu actividad e incluso los gastos de la gestoría que hayas contratado para que te ayude en los trámites.