La industria del deporte tiene un impacto del 3,3% en el PIB y genera 414.000 puestos de trabajo, el 2,1% de la población ocupada en España, según el informe ‘Termómetro del Ecosistema del Deporte en España’, elaborado por la consultora PwC y la Fundación España Activa, con la colaboración del Consejo Superior de Deportes (CSD).
El estudio ha sido presentado este lunes junto a la pista de atletismo del Centro de Alto Rendimiento del CSD en Madrid con la presencia de la presidenta del CSD, Irene Lozano; el presidente de España Activa, Jaime Lissavetzky; el del Comité Paralímpico Español (CPE), Miguel Carballeda; el de la Asociación del Deporte Español (ADESP), José Hidalgo; y el viceconsejero de Deporte de la Comunidad de Madrid, Roberto Núñez.
Asimismo, el ‘termómetro’ recoge el efecto de la COVID-19 en la industria del deporte, y estima que los agentes de su ecosistema en España sufrirán unas pérdidas del 38,5 por ciento de su cifra de negocio en 2020, lo que implicaría una reducción de entre 31.000 y 42.000 puestos de trabajo.
En este sentido, Irene Lozano destacó el valor del informe por que el «conocimiento debe ser la base esencial en la toma de decisiones», así como los 40.000 millones (39.117, según datos del INE en 2018) que genera el deporte y que los jóvenes de hasta 34 años suponen el 50 por ciento del empleo en este sector. «Tenemos una responsabilidad con ellos, un país que no piensa en los jóvenes no piensa en el futuro», apuntó Lozano.
El estudio hace un análisis del impacto de la industria del deporte en España a través de diversos aspectos, que van desde el económico, pasando por la salud, el desarrollo tecnológico o su efecto dinamizador de las ciudades.
El deporte, señala el estudio, es una palanca generadora de industria y riqueza a través de múltiples actividades y agentes que constituyen el denominado ecosistema deportivo. En él se identifican las industrias del deporte profesional; la de los servicios del deporte; y la de las nuevas industrias del deporte, que incorporan el desarrollo tecnológico y la innovación.
El ‘termómetro’ destaca cómo el ecosistema del deporte y la actividad física deben contribuir a la transformación hacia una nueva ‘Economía del Bienestar. Para el estudio, la ‘pandemia’ de la actividad física persistirá mucho después de que España se recupere de la pandemia de la COVID-19.
En este sentido, el presidente de España Activa, Jaime Lissavetzky, subrayó la importancia de la colaboración entre los sectores público y privado. «Necesitamos un crecimiento económico porque cuanto mayor sea la inversión en deporte eso retornará en la sociedad. Que sigamos andando todos juntos porque el camino se hace más corto», dijo el ex secretario de estado para el Deporte.
UN «PIANO» PARA IMPACTAR EN OTRAS ÁREAS
Lozano subrayó que el deporte supone una «herramienta» que influye en otras áreas de la sociedad. «La sociedad puede ver el deporte como una cuerda, o como una guitarra, pero tenemos un piano, una herramienta para impactar en otras muchas áreas de la sociedad», manifestó en alusión a la transversalidad del mismo.
Además de su importancia económica y social en términos absolutos, la industria deportiva destaca por ser un sector intensivo en puestos de trabajo. Por cada millón de euros que la industria factura en España, genera 12,4 empleos absolutos, un 30% más que la media nacional.
Entre los sectores de la industria más intensivos en empleo, destaca el de los gimnasios, con 42 empleos por cada millón de euros facturado, y las instalaciones deportivas, con 23 empleos. Además, a través de su impacto indirecto la industria contribuyó a generar 16.432 millones de euros y mediante los impactos inducidos un total de 6.917 millones de euros.
El efecto multiplicador de la industria deportiva en la actividad económica de España es de 1,5 euros, por lo que por cada euro facturado por la industria del deporte en España, se generan 1,5 euros de ingresos adicionales en el resto de la economía.
El informe destaca que, además de los impactos indirectos e inducidos, alrededor de la industria deportiva se generan una serie de efectos tractores sobre la actividad económica de otros sectores que, de no ser por el deporte, no existirían. Entre los sectores potencialmente más beneficiados por este impacto tractor destacan el turismo, la hostelería y la restauración, los medios de comunicación y la publicidad, los videojuegos y los juegos y apuestas deportivas.
También, que la inactividad física constituye ya uno de los factores de riesgo de muerte prematura más importante. De hecho, en España el gasto anual previsto derivado de la inactividad física para 2020 ascendía a más de 1.800 millones, pero debido a la reducción de practicantes activos por la COVID-19 (14,1%), estos gastos se incrementarán en 508 millones de euros, hasta alcanzar los 2.312 millones.
Pese a ello, la presidenta del CSD lanzó un mensaje de optimismo porque, según ella, la pandemia puede marcar el cambio. A pesar de las dificultades en este momento, en el que mucha gente no tenía al deporte en su ‘radar’, es el momento de dar un paso de gigante para cumplir con el potencial que el deporte tiene», señaló la secretaria de estado para el Deporte.