El impago de facturas no es algo que resulte desconocido para los autónomos. De hecho, la estadística nos dice que la gran mayoría de los profesionales que trabajan por cuenta propia se van a quedar sin cobrar algún trabajo a lo largo de su vida. Y esto supone un problema por partida doble. Porque el autónomo no solo se queda sin cobrar por su trabajo, sino que además puede tener problemas de liquidez.
Un profesional vive de su trabajo, si no cobra por él, tampoco tendrá dinero para hacer frente a las deudas derivadas de su actividad. Es decir, que un autónomo que no consigue cobrar sus facturas puede convertirse a su vez en un moroso. Para que esto no ocurra, es importante tomar precauciones para intentar asegurarse el pago de todas las facturas emitidas.
3Facilita el pago a tus clientes
En efectivo, mediante transferencia bancaria, con PayPal, con tarjeta… cada cliente es diferente y a cada uno le viene mejor pagar de una forma u otra. Aunque hoy en día gracias a la banca móvil los pagos se pueden hacer en un momento, todavía te puedes encontrar con particulares o empresas que te ponen pegas si solo admites una determinada forma de pago.
Para que esto no le sirva de excusa al cliente para retrasar el pago, dale todas las facilidades posibles a la hora de pagar. Ofrécele diferentes alternativas, desde las clásicas como la transferencia bancaria a las más actuales como el pago a través de Bizum. En cuanto al pago a plazos, no es lo más aconsejable, pero si no hay otra alternativa y es una cantidad grande, te compensa más aceptar este pago que quedarte sin cobrar.