España es un país -y no es una leyenda- que se caracteriza por la baja productividad y el contar más las horas que pasas en la oficina que el trabajo efectivo y eficaz que realices. Además, nuestros horarios y costumbres hacen que en gran parte de las empresas la jornada laboral acabe bien entrada la tarde. Pero no sólo experimentos sino casos concretos de grandes compañías (igual por eso son grandes) han demostrado las ventajas que tiene trabajar menos. Vamos a ver alguno de esos casos de éxito en grandes empresas.
En España cada vez más empresas se van incorporando a esta filosofía, acelerando el proceso debido a la crisis del coronavirus. Sin embargo, aún estamos muy lejos de la media europea y en muchos caso a años luz de las empresas punteras en esta política de trabajar menos siendo más productivos, y al mismo tiempo ayudando a los empleados a compaginar mejor su vida personal y laboral, sobre todo en el aspecto de conciliación.
4El caso de empresas públicas
Si en las empresas privadas más horas y menos productividad son una constante, puede serlo mucho más en el ámbito público. Los estados cada vez intentan ahorrar más en su sistema público pero sin bajar la productividad. Por eso en países como Islandia y Suecia -una vez más, nórdicos- se lanzaron a reducir horas y fomentar la jornada flexible para favorecer la vida personal. En el caso islandés, en 2016 redujo la jornada de los viernes a cuatro horas para todos los funcionarios de la capital, Reykjavik. Y todo funcionó de maravilla: los costes de la empresa y la productividad se mantuvieron al mismo nivel.
También hace cuatro años el gobierno de Suecia puso a la mitad de los enfermeros (para compararlo con el otro grupo) de una residencia de ancianos a trabajar 30 horas en lugar de 40, a razón de seis horas al día. Provocó que el absentismo cayera 2,8 veces respecto al grupo de control, y los pacientes que fueron atendidos por los afortunados empleados se mostraron más satisfechos. Fue un experimento interesante porque su trabajo no funciona por objetivos, sino por horas de disponibilidad. Sin embargo, en este caso se puso fin al plan porque, aunque se habían ahorrado casi medio millón de euros del sistema de desempleo al generar más trabajo, los costes laborales habían subido en más de un millón de euros.