EDP refuerza su compromiso con Asturias al tiempo que continúa avanzando con su proceso de descarbonización. Una cosa va irremediablemente unida a la otra. De hecho la energética de origen portugués ha sido la primera en anunciar un proyecto alternativo al carbón en España, concretamente en Aboño 1, aunque ahora es noticia por haber concluido con éxito la revisión del grupo 2 de la misma central térmica. Los trabajos, realizados entre septiembre y octubre, han supuesto una inversión de 14,7 millones de euros, gracias a la cual se extiende la vida útil de Aboño 2, una instalación estratégica y que ahora garantiza su funcionamiento en las mejores condiciones de eficiencia y disponibilidad para atender la demanda.
Esta revisión ha tenido un significativo impacto en el empleo. En las distintas tareas han trabajado más de 900 personas de más de 80 empresas, principalmente asturianas. A esto hay que sumar los más de 200 empleos que genera la propia central. En total se han alcanzado más de 150.000 horas de trabajo.
La última revisión de este tipo en Aboño 2 tuvo lugar en 2016, con una inversión de más de 12 millones de euros. Desde entonces, este grupo ha funcionado más de 30.000 horas y generado más de 13.000 GWh, el equivalente al consumo eléctrico medio anual de casi 4 millones de hogares.
La central térmica de Aboño es una instalación estratégica que garantiza el suministro eléctrico a la gran industria asentada en Asturias. Supone, además, un claro ejemplo de eficiencia energética y de economía circular, pues para generar energía valoriza los gases de la industria vecina que, de otra manera acabarían quemados y expulsados directamente a la atmósfera.
La central térmica de Aboño 1 de EDP ya tiene plan de acompañamiento al cierre y futuro garantizado hasta 2030: funcionará con los gases siderúrgicos de la factoría de ArcelorMittal en Gijón (Asturias). La eléctrica transformará este grupo con una inversión de 100 millones de euros para que utilice únicamente gases siderúrgicos, eliminando el uso del carbón. Este primer grupo, que dispone de un permiso para funcionar 1.500 horas al año, ha estado funcionando durante la revisión y adaptación del grupo 2 para garantizar el suministro eléctrico.
El proyecto de la energética portuguesa además de permitir la continuidad de la actividad industrial en la región, ofrece una solución para la gestión de esos gases, condición indispensable para garantizar la estabilidad de la actividad siderúrgica en Asturias. “El proyecto se completará en 2022”, según explicaba recientemente a MERCA2, el secretario general de la sección sindical de UGT en EDP, Julio César Areces.
Sólo en Avilés y Gijón (Asturias), ArcelorMittal, que representa uno de los motores industriales de la Comunidad Autónoma, da empleo a 5.400 trabajadores. La idea es que estos gases siderúrgicos derivados del proceso productivo de la acería se utilicen como única fuente de generación de energía en esta planta.
Esta revisión, así como las continuas mejoras en sus centros de producción, con más de 250 millones de euros invertidos en los últimos años, convierten a las instalaciones de generación de EDP en las más eficientes de España, además de reforzar su compromiso con el empleo y el desarrollo económico de la región.
CIERRE ANTICIPADO DE LAS CENTRALES
EDP anunciaba el pasado mes de julio su intención de anticipar el cierre de las centrales de carbón en la Península Ibérica y su avance en la solicitud para hacerlo efectivo. Precisamente, la decisión se enmarca en la estrategia de descarbonización de EDP pero, sobre todo, en que ya tiene cerrado el proyecto de reconversión de uno de sus grupos y trabaja en otras opciones para los demás.
“Estamos en el camino acertado para cumplir nuestros objetivos de sostenibilidad para 2030: tener el 90% de la producción con origen renovable y reducir en un 90% las emisiones específicas con respecto a 2005”, destacaba entonces Miguel Stilwell de Andrade, consejero delegado de EDP.
Stilwell de Andrade explicaba que la decisión de anticipar el cierre de las centrales de carbón “se deriva de los bajos precios del gas y los elevados precios del CO2, así como de la estrategia enfocada en renovables y alineada con las metas europeas de neutralidad de carbono, además de la voluntad política de anticipar esos plazos”.