Para un autónomo contar con un empleado es una gran ventaja, pero también una gran responsabilidad. Implica tener a alguien en quien se puede confiar y que se encargará de que vaya saliendo el trabajo acumulado, pero a la vez supone asumir una serie de gastos en concepto de nómina y seguros sociales.
Cada vez que un profesional por cuenta propia contrata a un empleado está ganando dos acreedores. Por un lado el trabajador, al que tiene que pagar mensualmente la nómina, y por otro lado la Seguridad Social, a la que tiene que pagar también mensualmente las cotizaciones de ese trabajador.
5Sanciones por incumplir la obligación
Además de pagar las cotizaciones que se han obviado, el mero hecho de no dar de alta a un empleado en la Seguridad Social constituye una infracción grave en materia de Seguridad Social que da lugar a la aplicación de la Ley de Infracciones y Sanciones en el Orden Social.
La multa puede ir de 3.125 a 10.000 euros. Si a esto le sumamos lo que va a haber que pagar por las cuotas pendientes, vemos que no dar de alta a un empleado en la Seguridad Social puede salirle muy caro al autónomo o empresario que se olvida de cumplir esta obligación o que directamente la obvia de forma voluntaria para ahorrar costes.