Para un autónomo contar con un empleado es una gran ventaja, pero también una gran responsabilidad. Implica tener a alguien en quien se puede confiar y que se encargará de que vaya saliendo el trabajo acumulado, pero a la vez supone asumir una serie de gastos en concepto de nómina y seguros sociales.
Cada vez que un profesional por cuenta propia contrata a un empleado está ganando dos acreedores. Por un lado el trabajador, al que tiene que pagar mensualmente la nómina, y por otro lado la Seguridad Social, a la que tiene que pagar también mensualmente las cotizaciones de ese trabajador.
1La obligación de cotizar
España es un país con un buen sistema de protección pública. Tenemos establecidas prestaciones en caso de maternidad, por incapacidad temporal, pensiones por incapacidad, de jubilación, etc. Además, también hay prestaciones en caso de desempleo, subsidios para personas sin recursos económicos y formación gratuita para trabajadores.
Para poder pagar todo esto la Seguridad Social debe tener dinero, por lo que todo aquel que desarrolla una actividad profesional tiene que pagar una cuota mensual. Los obligados al pago son los autónomos y los empresarios. En el caso de los empresarios deben abonar las cuotas de cotización de sus empleados, mientras que los autónomos deben pagar su propia cuota de cotización y también la de sus empleados si los tuvieran.