Cuando tenemos un piso de alquiler, el hecho de acoger a inquilinos morosos es algo que quita el sueño de cualquier propietario. Y no es para menos. Cuando esto ocurre, suele ser bastante complicado el echarlos tiempo después, incluso cuando llevan meses durante los que no están pagando.
Por ello, una buena forma de asegurarse contra estos molestos inquilinos, es a través de la redacción de un buen contrato. Con el «boom» experimentado por el alquiler de casas en estos años después de la crisis, no está de más repasar algunas pautas necesarias para que nadie se tome la ley a la ligera.
Antes de realizar cualquier contrato de alquiler, es bueno conocer algunos consejos para ahuyentar a esos inquilinos morosos que pretenden dejar de cambiar a la mínima de cambio. Para ello, es bueno reflexionar e informarnos sobre todo lo relativo a nuestra vivienda.
6Domicilia los suministros a nombre del inquilino

Para no dar lugar a equivocaciones ni idas y venidas de dinero, lo lógico es que, desde el punto y hora en el que el inquilino se meta en el inmueble, los suministros se cambien a su nombre.
Cambiando la titularidad desde el primer momento, evitaremos otros problemas más tarde. En el caso de que el inquilino dejara de pagar, lo peor que podría pasar es que las compañías le dejaran sin ellos.
Sin embargo, si se mantuviera a nombre del casero, este quizá tendría que terminar haciendo frente a una deuda ajena. Y esto deriva en otro tipo de inquilinos morosos.