Cuando tenemos un piso de alquiler, el hecho de acoger a inquilinos morosos es algo que quita el sueño de cualquier propietario. Y no es para menos. Cuando esto ocurre, suele ser bastante complicado el echarlos tiempo después, incluso cuando llevan meses durante los que no están pagando.
Por ello, una buena forma de asegurarse contra estos molestos inquilinos, es a través de la redacción de un buen contrato. Con el «boom» experimentado por el alquiler de casas en estos años después de la crisis, no está de más repasar algunas pautas necesarias para que nadie se tome la ley a la ligera.
Antes de realizar cualquier contrato de alquiler, es bueno conocer algunos consejos para ahuyentar a esos inquilinos morosos que pretenden dejar de cambiar a la mínima de cambio. Para ello, es bueno reflexionar e informarnos sobre todo lo relativo a nuestra vivienda.
4¿Compruebas la identidad de los inquilinos?

No importa el número de inquilinos que vaya a tener tu inmueble, todos ellos deben quedar identificados de forma correcta en el contrato.
Esto se hace así para que, en el caso de que aparezcan inquilinos morosos, se pueda reclamar la deuda en un futuro. Si no se les ha identificado de forma correcta, no habrá manera de arreglarlo.
Otra de las cosas de las que el propietario se olvidará teniendo a todos los inquilinos bien identificados, es de los subarriendos, igual o incluso más molestos que la morosidad.