La Ley de Segunda Oportunidad es una de las vías para aligerar la carga financiera de personas físicas y autónomos. Ojo, porque esta normativa no es nueva: está aprobada en 2015 para exonerar de deudas a aquellas personas o autónomos en apuros financieros (puedes consultar el texto completo aquí). Sin embargo, muchas familias y empresarios con el agua al cuello desconocen que cumplen los requisitos para adherirse a la ley de segunda oportunidad. Volver a empezar de cero es posible. Os explicamos quién puede solicitarla, cuáles son los requisitos y las aristas que toca.
Para que nos hagamos una idea de lo que supone la Ley de Segunda Oportunidad, sería, salvando las distancia, como si declaran la bancarrota. Cuando la situación financiera es insostenible, la ley permite negociar la forma de devolución de estas deudas para que el afectado no hipoteque su futuro.
6BENEFICIO DE EXONERACIÓN EN LA LEY DE SEGUNDA OPORTUNIDAD
Cuando el acuerdo extrajudicial de los pagos fracasa o resulta insuficiente para los acreedores, se activa el mecanismo de beneficio de exoneración. A través de él, el deudor puede liberarse de toda o parte de la deuda pendiente con la concesión de un juez. Éste pondera la situación en la que está el deudor, su trayectoria y su disposición, así como la de los acreedores para definir qué porcentaje de la deuda se exonera y cuál hay que pagar.
El acreedor puede jugar su última baza si el deudor no cumple con las condiciones de pagos, o se descubre que ha mentido. Esta vía ha sido muy utilizado en las deudas hipotecarias.