La Ley de Segunda Oportunidad es una de las vías para aligerar la carga financiera de personas físicas y autónomos. Ojo, porque esta normativa no es nueva: está aprobada en 2015 para exonerar de deudas a aquellas personas o autónomos en apuros financieros (puedes consultar el texto completo aquí). Sin embargo, muchas familias y empresarios con el agua al cuello desconocen que cumplen los requisitos para adherirse a la ley de segunda oportunidad. Volver a empezar de cero es posible. Os explicamos quién puede solicitarla, cuáles son los requisitos y las aristas que toca.
Para que nos hagamos una idea de lo que supone la Ley de Segunda Oportunidad, sería, salvando las distancia, como si declaran la bancarrota. Cuando la situación financiera es insostenible, la ley permite negociar la forma de devolución de estas deudas para que el afectado no hipoteque su futuro.
5EL ACUERDO EXTRAJUDICIAL DE PAGOS
Esta opción dentro de la Ley de Segunda Oportunidad implica renegociar la deuda contraída con los acreedores. En dicha negociación, entran en juego quitas (reducción directa de la deuda) o esperas (alargar la vida de la misma). El objetivo que se persigue es que la persona, sea particular o un autónomo, se vea con la posibilidad y el incentivo para pagar la deuda, y, al mismo tiempo, no se frustra a los acreedores quienes tienen la visión de que van a cobrar parte o todo lo que se les debe. Todos estos acuerdos de carácter extrajudicial, no obstante, sí tienen que contar con la tutela de un juez o un mediador concursal.