La Ley de Segunda Oportunidad es una de las vías para aligerar la carga financiera de personas físicas y autónomos. Ojo, porque esta normativa no es nueva: está aprobada en 2015 para exonerar de deudas a aquellas personas o autónomos en apuros financieros (puedes consultar el texto completo aquí). Sin embargo, muchas familias y empresarios con el agua al cuello desconocen que cumplen los requisitos para adherirse a la ley de segunda oportunidad. Volver a empezar de cero es posible. Os explicamos quién puede solicitarla, cuáles son los requisitos y las aristas que toca.
Para que nos hagamos una idea de lo que supone la Ley de Segunda Oportunidad, sería, salvando las distancia, como si declaran la bancarrota. Cuando la situación financiera es insostenible, la ley permite negociar la forma de devolución de estas deudas para que el afectado no hipoteque su futuro.
3REQUISITOS QUE EXIGE LA LEY DE SEGUNDA OPORTUNIDAD
¿Puede cualquier persona o autónomo solicitar ser incluido en la Ley y declararse insolvente? Aunque las condiciones no son especialmente intrincadas y detallistas, sí que se tiene en cuenta el historial crediticio del solicitante. Si es una persona considerada «buen pagador», y realmente supone más un auxilio, en ese caso es más que probable que sea concedido. Más específicamente, se evalúan los siguientes hitos:
- Que no sea declarado culpable de sobrepasar su límite de endeudamiento según su historial.
- Que no conste una condena en su contra por delitos contra el Patrimonio, Hacienda, Seguridad Social o contra los derechos de los trabajadores en los últimos diez años,
- Que haya intentado llegar a un acuerdo extrajudicial con el acreedor.
- Que no haya utilizado la exoneración de pagos en la última década.
- Si no ha rechazado ofertas de trabajo en los últimos 4 años.
Por último, se acepta ser incluido en el Registro Público Concursal, algo así como estar fichado a futuro.