Estados Unidos tiene una legislación sobre alimentación bastante más relajada en cuanto a salud se trata si se compara con Europa. Aquí las medidas sobre los ingredientes y dosis que se venden al consumidor son mucho más restrictivas para cuidar tu salud. No obstante, eso no significa que tanto en un lugar como en el otro, en el pasado se hayan comercializado productos terroríficos de todo tpo, como pastas de dientes que causaban muertes, etc.
Poco a poco la medicina ha ido avanzando, y la medicina que hace unas décadas era normal y se creía que funcionaba, ahora les parece auténticas barbaridades a la comunidad médica. En cambio, en otros productos como la alimentación ha venido ocurriendo lo inverso. Es decir, antes los alimentos eran mucho más sanos y poco a poco se han transformado en amenazas para la salud. Con grasas transgénicas, más grasas, azúcares, y una cantidad de aditivos alarmantes…
3Fluoración del agua, una barbarie en Estados Unidos
Todo sucedió durante el famoso Proyecto Manhattan, para la construcción de la bomba de fisión nuclear en Estados Unidos. Esta obra necesitaba obtener Uranio 235 como material para la bomba. El flúor (suministrado por la compañía Alcoa) se usaba para obtener este U235, y aunque siempre se consideraba un elemento peligroso (mató a los dos científicos que lo aislaron por primera vez), pero se cometió una gran negligencia en Estados Unidos.
Un auténtico atentado contra la salud pública, que si la pasta de dientes te ha parecido peligrosa, este también lo es pero a mayor escala.
El flúor que llegaba se usaba para el proyecto de las bombas, pero Alcoa seguía suministrando este veneno y no se supo muy bien qué hacer con este producto. Alguien se enteró de que algunos dentistas afirmaban que este elemento presente podía proteger contra caries. De hecho, otra de las barbaridades que se hacía antes (yo mismo lo he sufrido), era dar pastillas de flúor a los niños porque se creía que así tendrían los tientes más sanos… Y lo recetaban médicos no hace tantos años.
Ante eso, pensaría en deshacerse del flúor de una forma muy barata. Y eso fue agregarlo al agua potable para que la bebiera la gente. Sin ningún tipo de escrúpulo ético ni jurídico, el veneno estuvo circulando por los grifos de muchas viviendas. Actualmente es algo inadmisible…