El desarrollo de las nuevas tecnologías ha dado lugar a una gran flexibilidad en muchos trabajos, permitiendo así el desarrollo de un perfil específico de autónomo que es el freelance. El número de profesionales que escogen trabajar en esta modalidad ha crecido un 40% en los últimos ocho años, y de cara al futuro se espera que esta cifra crezca todavía más.
Aunque trabajar por cuenta propia nunca es fácil, hacerlo en modo freelance simplifica un poco las cosas, puesto que el autónomo necesita menos recursos económicos y materiales para poder llevar a cabo su actividad. Esto facilita que muchas personas que no se habían animado a emprender por fin se decidan a dar este paso.
4La fiscalidad del autónomo que trabaja como freelance
A efectos prácticos da igual si un autónomo trabaja como freelance o al estilo tradicional, debe cumplir con sus obligaciones fiscales en lo referente a la emisión de facturas y la autoliquidación trimestral del IRPF y el IVA (si su actividad está gravada con este impuesto). Además, todos los nuevos autónomos pueden aplicar una rebaja del IRPF durante los tres primeros años de actividad. En estos casos la retención será de un 7% en lugar de un 15%.
Por otro lado, el freelance debe darse de alta en el RETA y por tanto tiene derecho a disfrutar de los beneficios de la tarifa plana si cumple los requisitos para ello. Esto implica que durante el primer año de actividad solo tendrá que pagar 60 euros al mes en concepto de cotización a la Seguridad Social.