Habitualmente, cuando nos planteamos hacer croquetas caseras es como opción para aprovechar alguna sobra. Sin embargo, esta pequeña genialidad de nuestra gastronomía es más versátil de lo que pensamos: puedes congelarlas una vez rebozadas y tirar de ellas cuando te surjan visitas inesperadas o no sepas qué hacer para comer. Ahora bien, conseguir la bechamel perfecta, sobre todo de elaboraciones como las croquetas de marisco, requiere de una serie de pasos concretos. Aprende aquí los secretos y trucos para hacer unas croquetas de marisco que quitan el sentido de forma más fácil y con una bechamel suave.
Las croquetas de marisco se pueden preparar con cualquier tipo de producto: gambas, langostinos, gulas, carne de cangrejo… o lo que puedas tener a mano. Aunque idealmente se utilizarán ingredientes frescos, los mariscos congelados, incluso los preparados para paella, son una buena elección. Eso sí, tendrás que poner especial atención a su descongelado y absorción posterior del agua que sueltan. Veámos el paso a paso de la receta de croquetas de marisco casera.
2PASO 1: HACER EL CALDO DE MARISCO
A diferencia de otras recetas de croquetas, en las de marisco vamos a utilizar otro líquido además de la leche. Podría hacerse exclusivamente con ella, pero el toque del caldo de marisco le da más sabor. Aunque parezca que puede consumir tiempo, en realidad es bastante rápido de hacer, y puedes aprovechar para hacer más cantidad para otras recetas. Si no tienes tiempo, opta por el caldo de pescado envasado (pero atento a la cantidad).
Para hacer un caldo de mariscos casero solo hay que pelar los ingredientes y reservar la carne. Mientras, en una sartén o en la misma cazuela se fríen cinco minutos las cáscaras, aplastando las cabezas para que suelten el jugo. Después se incorpora el agua, se sala, y se deja a fuego medio 30 minutos, tiempo tras el cual se cuela y se reserva. Así de sencillo. Cuanta más variedad de mariscos, más sabor y cuerpo en el caldo.