Hubo un tiempo en España donde los principales fabricantes móviles eran de origen europeo, concretamente del norte. Algún americano y el gigante coreano Samsung. Aunque poco a poco se produjo el desembarco chino en el negocio móvil. Primero se limitó al “hierro”; pero poco a poco también entraron en las infraestructuras. El primero en tumbar la puerta fue Huawei. Hoy forman el núcleo grueso de las ventas de teléfonos en España, y a nivel de redes son proveedores de todos los operadores de telefonía.
Xiaomi, Oppo, Realme, Vivo, OnePlus… Junto a Samsung, los últimos retazos de LG y los incombustibles seguidores de Apple, el mercado móvil español habla chino. Pero el camino ha sido una suave montaña rusa que ha traído actores diferentes, y otros han quedado algo rezagados o, simplemente, han mutado parte de su negocio.
Aunque si hay que hablar de un padre liberador de los dispositivos chinos es Huawei. Su llegada masiva y notoria a España se produjo a principio de la década de los 2010. Los primeros pasos no fueron sencillos. Samsung tenía el hueco bien cogido en el segmento de los incipientes smartphones, y había firmas como la taiwanesa HTC que eran muy del agrado de los consumidores. Además del perenne iPhone.
En esa época también irrumpe ZTE. Una de esas compañías que la montaña rusa le ha dejado en tierra, al menos en el segmento móvil, puesto que a nivel de redes ha conseguido levantar el paso, y es uno de los grandes actores en España. Por esa misma época también empieza a sonar la marca de Lenovo, firma que muchas personas asocian ahora de manera dominante al mercado de PCs y ‘gaming’, aunque hicieron sus pinitos en la telefonía móvil.
Posteriormente, la propia Huawei, cuando asentó su marca, introdujo la firma Honor, momento en el que empezó a apretar el paso en las gamas altas para dejar de identificar sus terminales con productos baratos “y chinos”. Era el inicio, además, de segmentos muy diferenciados de calidad entre dispositivos.
LA LLEGADA MASIVA
A partir de 2015, poco a poco, las diferentes marcas de móviles chinos que entraban en el mercado español iban teniendo mayor acogida. Es cierto que, en algunos casos, sucedía que no se vendían directamente en España, y había que hacer algunas gestiones vía internet para hacerse con los terminales.
Xiaomi es un ejemplo. Su entrada fue discreta. Boca a oreja su nombre fue calando. Se traía desde China hasta que, en un determinado momento, sus teléfonos se empiezan a comercializar en Europa. El precio fue su primer reclamo. Poco después este fabricante se ha convertido en una de las principales referencias. Y tras este nuevo éxito, otras firmas que llevan un lustro intentando meter la cabeza -y otras de manera más reciente-, estiman que ha llegado el momento.
Pasa con las marcas que están bajo ese conglomerado llamado BBK Electronics. Con Oppo como firma más destaca y veterano en cuanto impacto, cada vez tiene más presencia Vivo, OnePlus y una de las sorpresas de los últimos meses, Realme, que su gasto en marketing le está haciendo crecer de manera exponencial.
¿TRAS EL TRONO DE HUAWEI?
Con el marrón de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, Huwei tiene que capear un temporal complejo. Crear una tienda de aplicaciones propias competente, convencer a sus potenciales clientes que se puede vivir bien sin el entorno Google (Youtube, Maps, Gmail…) en el móvil… y todo ello con una competencia que sigue apretando.
Xiaomi ha olido sangre. Y no es el único. Huawei abrió una puerta hace años: salir en un anuncio de Pepe Domingo Castaño en el Carrusel Deportivo de la Ser fue como un pistoletazo de normalización conceptual de que “lo chino” estaba bien. Tras eso, las marcas chinas han dejado atrás toda clase de estigma. A fin de cuentas, se puede decir que Huawei fue quien pago más esfuerzos para introducir los productos chinos, y ahora se benefician todos.
UN MUNDO MÁS AMPLIO
Lo bueno para Huawei es que hay vida más allá de la guerra móvil. Aunque tampoco lo estén poniendo sencillo. Como en su momento demostró Lenovo virando hacia la electrónica de consumo; o ZTE con las redes e infraestructuras, Huwei se ha convertido en un auténtico gigante en esta materia.
Ahora mismo los cuatros grandes operadores de telefonía españoles trabajan con los chinos en el desarrollo del 5G, y la mayoría tienen negocios también en la parte de FTTH. Huawei está, en la medida de los posible, afrontando con entereza los problemas derivados de la guerra comercial, donde la administración Trump mantiene su actitud camorristas con los gobiernos europeos.
Pese a todo, como ha demostrado la historia reciente, la tecnología china se abre camino en suelo español. Bien es cierto que dentro de un lustro la fotografía será muy diferente. Pero eso ya lo sabemos.