Uno de los mayores problemas que enfrentan los emprendedores es encontrar la financiación que les hace falta para poner en marcha su negocio y dar los primeros pasos hacia el éxito. Cuando un proyecto todavía no está asentado, o incluso todavía no existe, no es nada extraño oír un “no” por parte de los bancos. Por suerte, hoy en día hay otras alternativas de financiación además de las entidades financieras.
Sin embargo, el emprendedor debe ser consciente de que no puede satisfacer todas sus necesidades de financiación recurriendo a préstamos, ya que estos al fin y al cabo tienen un coste. El objetivo es que, una vez en marcha, el negocio sea capaz de sostenerse económicamente por sí solo, reduciendo su necesidad de financiación de terceros. Para conseguirlo es importante obtener rentabilidad, pero también saber gestionar muy bien los ingresos. Por eso, vamos a ver algunos trucos muy útiles.
6Moderar las inversiones
Todo negocio requiere de inversiones que, a su vez, pueden ser muy diferentes: en formación del emprendedor o de su equipo de trabajo, en equipos informáticos, vehículos, medidas de prevención de riesgos laborales, etc. Lo importante es establecer un orden de prioridades y atender primero a las que sean imprescindibles.
Respecto a aquellas que no siendo imprescindibles serían aconsejables, lo mejor es afrontarlas de forma paulatina en lugar de hacerlas todas de una sola vez. Esto evita el poder llegar a un sobreendeudamiento que haga muy difícil el poder atender a todas las obligaciones económicas que están pendientes.