Uno de los mayores problemas que enfrentan los emprendedores es encontrar la financiación que les hace falta para poner en marcha su negocio y dar los primeros pasos hacia el éxito. Cuando un proyecto todavía no está asentado, o incluso todavía no existe, no es nada extraño oír un “no” por parte de los bancos. Por suerte, hoy en día hay otras alternativas de financiación además de las entidades financieras.
Sin embargo, el emprendedor debe ser consciente de que no puede satisfacer todas sus necesidades de financiación recurriendo a préstamos, ya que estos al fin y al cabo tienen un coste. El objetivo es que, una vez en marcha, el negocio sea capaz de sostenerse económicamente por sí solo, reduciendo su necesidad de financiación de terceros. Para conseguirlo es importante obtener rentabilidad, pero también saber gestionar muy bien los ingresos. Por eso, vamos a ver algunos trucos muy útiles.
5Usar contratos mercantiles si se necesita la ayuda de un profesional
Necesitar ayuda de otras personas para gestionar un negocio es sinónimo de que este está creciendo y el emprendedor que está al frente ya no puede hacerlo todo solo. Sin embargo, tomar la decisión de contratar empleados lleva aparejados una serie de gastos que no siempre son asumibles, porque además de pagar el salario hay que pagar las cotizaciones.
Una alternativa puede ser llegar a acuerdos de colaboración con profesionales dados de alta como autónomos en lugar de contratar empleados. Lo que se hace en este caso es firmar un contrato mercantil y externalizar labores como la atención al cliente o la gestión de la contabilidad. Si se externaliza en lugar de contratar a empleados, se puede ahorrar hasta un 33% de los costes asociados a tener trabajadores a cargo.