Uno de los mayores problemas que enfrentan los emprendedores es encontrar la financiación que les hace falta para poner en marcha su negocio y dar los primeros pasos hacia el éxito. Cuando un proyecto todavía no está asentado, o incluso todavía no existe, no es nada extraño oír un “no” por parte de los bancos. Por suerte, hoy en día hay otras alternativas de financiación además de las entidades financieras.
Sin embargo, el emprendedor debe ser consciente de que no puede satisfacer todas sus necesidades de financiación recurriendo a préstamos, ya que estos al fin y al cabo tienen un coste. El objetivo es que, una vez en marcha, el negocio sea capaz de sostenerse económicamente por sí solo, reduciendo su necesidad de financiación de terceros. Para conseguirlo es importante obtener rentabilidad, pero también saber gestionar muy bien los ingresos. Por eso, vamos a ver algunos trucos muy útiles.
1El fondo de emergencia, el mejor salvavidas para emprendedores
Trabajar por cuenta propia tiene muchas cosas buenas, pero también algunos inconvenientes. Uno de los más importantes es que nunca se sabe exactamente cuánto se ganará cada mes. Los ingresos del emprendedor y del autónomo no son regulares. Un mes pueden ser muy altos y al mes siguiente ser prácticamente nulos.
Para que esto no suponga un problema es buena idea crear un fondo de emergencia. Se trata de guardar todos los meses una determinada cantidad e ir formando así poco a poco una pequeña bolsa de ahorro que pueda servir para hacer frente a adversidades como un gasto extra o un problema puntual de liquidez a la hora de afrontar el pago de impuestos.