Todos sabemos que emprender no es nada sencillo, pero hay personas con muy buenas ideas y con potencial para el éxito que se empeñan en sabotearse a sí mismas para no dar el paso de poner en marcha un proyecto propio. Algo que tampoco es de extrañar si tenemos en cuenta que asumir la responsabilidad de tener un negocio propio supone también hacer frente a grandes retos con poca o ninguna ayuda.
Pero son aquellos que se atreven a emprender los que consiguen que las cosas cambien. Piensa por ejemplo en los creadores de Amazon o de Uber, en su momento también en ellos se arriesgaron sin saber si iban a triunfar, y no solo han conseguido hacerse millonarios, sino que han cambiado la forma de comprar y de viajar, respectivamente, de millones de personas en todo el mundo.
Si tienes una buena idea rondándote la cabeza y empiezas a sentir ese gusanillo de tener tu propio negocio, es hora de sacudirte los miedos y decirle adiós a algunas de las excusas más típicas que te están impidiendo dar un paso de calidad en tu vida personal y profesional.
4No tengo tiempo, otra excusa clásica para no emprender
Son pocos los que emprenden por necesidad, por no tener otra forma para subsistir. En la mayoría de los casos los emprendedores son personas que actualmente están trabajando o están estudiando, y además suelen tener también una familia y otras responsabilidades que atender. Es decir, que nadie puede dedicar el 100% de su tiempo a su proyecto de emprendimiento.
Por eso, la falta de tiempo no es una excusa que resulte válida. Si de verdad quieres poner en marcha un negocio, seguro que puedes buscar pequeñas parcelas de tiempo para ir dedicándole. Por ejemplo, podrías acostumbrarte a levantarte una hora antes cada mañana y dedicar ese tiempo en el que estás descansado y nadie te molesta a ir preparando el plan de negocio. No tienes que sacrificar tu vida y las cosas que te gustan, solo hacer pequeños cambios.