Todos sabemos que emprender no es nada sencillo, pero hay personas con muy buenas ideas y con potencial para el éxito que se empeñan en sabotearse a sí mismas para no dar el paso de poner en marcha un proyecto propio. Algo que tampoco es de extrañar si tenemos en cuenta que asumir la responsabilidad de tener un negocio propio supone también hacer frente a grandes retos con poca o ninguna ayuda.
Pero son aquellos que se atreven a emprender los que consiguen que las cosas cambien. Piensa por ejemplo en los creadores de Amazon o de Uber, en su momento también en ellos se arriesgaron sin saber si iban a triunfar, y no solo han conseguido hacerse millonarios, sino que han cambiado la forma de comprar y de viajar, respectivamente, de millones de personas en todo el mundo.
Si tienes una buena idea rondándote la cabeza y empiezas a sentir ese gusanillo de tener tu propio negocio, es hora de sacudirte los miedos y decirle adiós a algunas de las excusas más típicas que te están impidiendo dar un paso de calidad en tu vida personal y profesional.
3No sabes lo suficiente para lanzarte a emprender
Voy a darte una mala noticia que hará que esta excusa ya no te sirva de nada. La inmensa mayoría de los emprendedores tampoco saben todo lo que tienen que saber para poner en marcha un negocio, y aún así lo hacen. Porque la voluntad de aprender y progresar es más fuerte en ellos que el poder de las excusas.
Hay un viejo dicho que dice que nadie nace sabiendo, y es verdad. Hemos visto en alguna ocasión que un emprendedor formado tiene más posibilidades de éxito, así que la falta de formación no es una excusa. Se trata sencillamente de que has descubierto en ti una debilidad y debes buscar cómo solucionarla. Podrías formarte en aquello que no sabes, contratar a alguien que se encargue de esas áreas del negocio que tú no manejas, o bien podrías buscar un socio. Como ves, soluciones hay muchas.