La vitamina C es un nutriente hidrosoluble en agua que se caracteriza por tener una autentica capacidad antioxidante, por ser excepcional para el cuidado de la piel, entre otros factores de peso. Su diferenciación con otras vitaminas, es que la misma no puede producirse en el organismo humano, aunque puede obtenerse a través de una gran cantidad de alimentos como las frutas y las verduras.
La inmensa mayoría de frutas y verduras que se consumen cotidianamente en crudo son fuente inagotable de vitamina C, o lo que es lo mismo: ácido ascórbico. No obstante, se tiene la gran particularidad de asociarse a cítricos como lo son las naranjas, las mandarinas, los limones, etc; aunque al mismo tiempo, también puede encontrarse alimentos como el pimiento rojo y la guayaba que son formidables por su actuación en la absorción de hierro.
6Grosella negra: Ideal por su cantidad de vitamina C
Es una de las frutas que se reconoce por su silueta redonda y diminuta, pareciera que fuera un guisante y proviene de un arbusto pequeño que viene dado del género «Ribes», el cual pertenece a la familia de los grosulariáceas.
Se caracteriza porque puede cultivarse sin ningún problema en color blanca, roja y negra, donde la última de ellas es riquísima en vitamina C y un dulce sabor. Cabe destacar, que la inmensa mayoría de variedades vienen de Europa Nororiental y algunas de las estepas del Asia septentrional. La grosella negra tiene un aporte de 159 mg por cada 100 gramos de vitamina C.