La vitamina C es un nutriente hidrosoluble en agua que se caracteriza por tener una autentica capacidad antioxidante, por ser excepcional para el cuidado de la piel, entre otros factores de peso. Su diferenciación con otras vitaminas, es que la misma no puede producirse en el organismo humano, aunque puede obtenerse a través de una gran cantidad de alimentos como las frutas y las verduras.
La inmensa mayoría de frutas y verduras que se consumen cotidianamente en crudo son fuente inagotable de vitamina C, o lo que es lo mismo: ácido ascórbico. No obstante, se tiene la gran particularidad de asociarse a cítricos como lo son las naranjas, las mandarinas, los limones, etc; aunque al mismo tiempo, también puede encontrarse alimentos como el pimiento rojo y la guayaba que son formidables por su actuación en la absorción de hierro.
3Brócoli
Como sucede con los otros alimentos crucíferos, el brócoli tiene marcados aportes nutricionales, puesto que contendrá una increíble cantidad de vitaminas, fibras y minerales. En líneas generales, la presencia de vitamina C es impresionante, pese a que una marcada parte de ella puede eliminarse a lo largo del proceso de cocción. Del mismo modo, los folatos que posee esta verdura por porción son de 200 gramos, constituyéndose como un alimento súper recomendable para su ingesta.