A la elevada presión fiscal que ya sufren de por sí los autónomos se suma el hecho de suelen tener el vigilante ojo de Hacienda siempre sobre ellos. Cada año se realizan miles de inspecciones a estos profesionales, algo que hace que la relación entre el Fisco y los profesionales que trabajan por cuenta propia no sea precisamente sencilla y fluida.
Sin embargo, es posible que las cosas estén a punto de cambiar. Desde hace un tiempo la nueva estrategia de la Agencia Tributaria se centra en descubrir a los conocidos como “grandes defraudadores”, lo que implica que la supervisión sobre los autónomos podría dejar de ser tan exhaustiva como lo es ahora mismo, ya que no son ellos precisamente los que más defraudan.