Poner en marcha un proyecto implica prestar atención a muchos factores, y algo que debemos tener en cuenta casi desde el principio es la web corporativa. Este elemento se ha vuelto ya indispensable, porque es una auténtica tarjeta de presentación para cualquier tipo de negocio.
A través de una página web la empresa o profesional se da a conocer ante su público potencial, le muestra lo que es capaz de hacer e incluso puede vender directamente. Pero para que todo esto ocurra es necesario que el sitio haya sido creado de forma profesional, esté bien organizado y permita al visitante encontrar justo lo que venía buscando.
Aunque parece algo sencillo, lo cierto es que todavía nos encontramos con webs corporativas que no son nada útiles al negocio que hay detrás y que incluso podrían estar perjudicándolo al provocar una sensación de desagrado en los internautas. Por eso, es fundamental conocer qué errores no debemos cometer cuando queremos crear una página web de corte profesional.
Pensar que la web corporativa solo tiene que ser bonita
Como internauta seguro que has visto páginas web de todo tipo, desde las más trabajadas a las más sencillas. En poco tiempo el diseño web ha avanzado tanto que a día de hoy es posible crear espacios con personalidad propia.
Es cierto que hay webs corporativas con una estética impresionante, capaces de dejar atrapado al visitante durante unos cuantos minutos mientras disfruta del espectáculo visual. Y eso está muy bien, siempre y cuando esta bonita estética vaya acompañada de algo más.
No es raro encontrar páginas que están muy cuidadas a nivel estético pero que luego no resultan nada prácticas: no podemos encontrar lo que buscamos, el contenido está mal redactado, etc.
Centrarse solo en la estética es un error, porque el objetivo de la web corporativa es retener al visitante para conseguir una conversión. Si alguien entra y ve una web muy bonita pero que no le aporta nada, se marchará en cuestión de segundos. No solo habremos perdido un posible cliente, sino que además esto incrementa la tasa de rebote y hace que la página pierda posiciones en el ranking de Google.
Aportar un exceso de información que no es útil para el lector
El contenido escrito que hay en una web corporativa tiene una gran importancia a la hora de conseguir un buen posicionamiento y que esta consiga más visitas. Pero al crear ese contenido no podemos pensar solo en Google, también en los usuarios, que al fin y al cabo son lo más importante.
Antes de empezar a redactar debemos tener muy claro qué es lo que espera encontrar alguien que visita nuestra web y sintetizar la información de la mejor forma posible.
Nadie tiene tiempo para estar leyendo un texto de 5.000 palabras sobre la historia de tu negocio o tu experiencia como emprendedor. Al final el lector se acaba aburriendo y se marcha, por muy bien redactado que esté el texto.
Hay que partir de la base de que todo lo que está en la web de tu negocio debe aportarle valor al visitante. Así que nada de aportar información solo por rellenar, limítate a contar: qué haces, cómo lo haces, para quién lo haces y por qué eres la mejor opción que encontrará el posible cliente.
No ordenar adecuadamente la información de la web corporativa
Para conseguir el volumen de conversiones que deseas no basta con que tu página esté completa con información de calidad y sintetizada, es necesario que esta esté bien ordenada.
Uno de los factores que más influyen en el tiempo que pasamos en una página web es la navegabilidad. Si nos resulta sencillo encontrar lo que buscamos podemos pasar mucho tiempo en ella viendo diferentes informaciones. Por el contrario, si la web es casi como un laberinto y no sabemos ni por dónde empezar a buscar lo que nos interesaba, el resultado inmediato es que salimos de ella y nos vamos a ver a la competencia.
A la hora de crear una web corporativa podemos aplicar la máxima “menos es más”. No hace falta que haya cientos de apartados y categorías. Cuanto más sencilla e intuitiva sea la navegación, mucho mejor.
Ten en cuenta que tu web corporativa es una extensión de tu imagen de marca. Si da un aspecto descuidado y desordenado, los visitantes asemejarán inmediatamente esa imagen con tu negocio y, como es lógico, no querrán contratar tus servicios o comprar tus productos.
No aportar vías de contacto suficientes en la web corporativa
Así es, muchas veces la información que ofrecen las webs de negocios sobre datos de contacto con el profesional que está detrás de ellas no es suficiente, y esto es un grave error.
Las vías de contacto que debemos aportar dependen mucho de qué tipo de negocio se trate. Si es un negocio online está claro que basta con aportar una dirección de correo electrónico, aunque también se puede complementar esto con un sistema de comunicación más directa como un chatbot encargado de resolver las dudas más habituales.
Si se trata de un negocio con establecimiento físico está muy bien que demos un correo electrónico de contacto, pero hay que dar otras alternativas como un número de teléfono, contacto de WhatsApp o incluso Telegram y, por supuesto, indicar la ubicación física del establecimiento.
Lo que buscamos es facilitarle al posible cliente el contacto con nosotros a través de diferentes vías. Porque cuanto más fácil se lo pongamos más probable es que haya ese primer contacto del que puede derivarse luego una contratación.
Olvidarse de la web corporativa
Hay emprendedores que invierten mucho en tener una página web, evitan todos los errores que hemos visto hasta ahora y, sin embargo, luego cometen uno mucho más grave: se olvidan de que existe.
Una página web es algo dinámico. No es necesario cambiar su contenido todos los días, pero sí debe tener un cierto movimiento periódico: cambio de imágenes, revisión de textos, creación o supresión de apartados, etc.
La web de un negocio es una potente herramienta de comunicación, así que no hay que contentarse solo con tenerla, también hay que saber utilizarla para sacarle todo el partido posible.