Con la llegada del otoño, llega la temporada de setas silvestres, un momento muy esperado durante todo el año por los amantes de la naturaleza y la micología. La recolección de setas es una actividad que cada vez mueve a más personas que buscan pasar una jornada en contacto con el mundo rural, generando incluso un tipo de turismo específico. Y por supuesto luego está lo culinario, con un producto muy consumido en casa y en restauración, y que da para muchas y deliciosas variedades de platos. Pero antes hay que distinguir entre los tipos de setas y sobre todo saber cuál es comestible y cuál venenosa.
Y si no las compras, ¿cómo buscarlas y recogerlas? Las setas y los hongos son recursos naturales que hay que proteger de la sobreexplotación por eso hay que seguir una serie de normas. En muchos lugares ya se requieren permisos, como una autorización para recolectar durante un tiempo limitado o un carnet de buscador y recolector de setas. También se suele limitar el peso por persona y por tipo de seta. Además, necesitamos un equipamiento específico como una cesta de mimbre donde ir depositando las setas. Tiene que ser de mimbre porque es un material que permite que las esporas se continúen dispersando por el bosque o pradera y de esta manera se contribuye a la repoblación del suelo. También hay que llevar un pequeño cuchillo o navaja para cortar su tallo adecuadamente. Nunca se debe arrancar de raíz.
6Otros tipos
Como el catálogo de setas comestibles en nuestro país es enorme, te comentamos otros tipos de setas habituales en nuestro país y deliciosas: el rebozuelo, la senderuela, la trompeta de la muerte (que el nombre no te asuste, es perfectamente comestible y deliciosa), y la trufa negra, más difícil de encontrar al ser subterránea.