El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, ha trasladado este jueves a los jefes de Estado y de Gobierno que está «en sus manos» desbloquear en las negociaciones sobre el presupuesto de la UE para los próximos siete años y el fondo europeo de recuperación, que siguen estancadas tras varias rondas de conversaciones.
Este ha sido el mensaje que el italiano ha transmitido a los líderes europeos antes de comenzar la cumbre que se celebra este jueves y viernes de manera presencial en Bruselas. En su discurso en la sala, compartido por la Eurocámara, ha pedido concesiones a las capitales para superar el ‘impasse’.
«En este momento las negociaciones están atascadas. Está en sus manos que puedan avanzar», ha expresado el presidente del Parlamento Europeo, para después pedir a los Veintisiete que «actualicen» sus líneas rojas en la negociación.
«No estamos pidiendo empezar de cero, esto no va de poner en cuestión el acuerdo de julio sino de dar un pequeño paso que nos acercaría a la aprobación final del paquete», ha añadido.
La cumbre de líderes europeos tiene lugar un día después de que los Estados miembros rechazaran la última oferta de los eurodiputados, que pasaba por aumentar el presupuesto comunitario para el periodo 2021-2027 en 39.000 millones de euros, aunque el techo de gasto sólo subía en 9.000 millones según este planteamiento.
La Eurocámara reclama elevar la dotación de programas como Erasmus+, sanidad, investigación y ciencia, migración o agenda digital, pero los países se niegan a aumentar la cifra máxima para el Marco Financiero Plurianual (MFF) pactada por los jefes de Estado y de Gobierno en julio, que es de 1,074 billones para los siete años.
Así, Sassoli ha llamado a utilizar la «imaginación» e «instrumentos técnicos» en aras del acuerdo, al tiempo que ha recordado que el Parlamento Europeo ya ha cedido en muchas de sus pretensiones iniciales en aras de un acuerdo.
El bloqueo en las negociaciones sobre el presupuesto comunitario también mantiene congelados los avances para poner en marcha el fondo de recuperación de 750.000 millones con los que la UE pretende relanzar las economías tras el impacto provocado por la pandemia de Covid-19.
A todo ello se suma las divergencias sobre el mecanismo para vincular el pago de las ayudas europeas al respeto del Estado de derecho. Los países negocian para crear un instrumento que se limita a garantizar una gestión adecuada de los fondos europeos en cada país, pero la Eurocámara prefiere un reglamento que vaya más allá y pueda paralizar el desembolso ante ataques graves contra los valores y principios democráticos.
Esta cuestión divide a las capitales, porque Hungría y Polonia rechazan un mecanismo ambicioso sobre este punto, mientras que Países Bajos, los nórdicos y el Benelux están más alineados con las pretensiones de los eurodiputados.