sábado, 23 noviembre 2024

Securitas Direct pulveriza cifras en 2020 gracias a la ‘campaña del miedo’ por la okupación

Securitas Direct ha registrado unos de los mejores meses de su historia. Así, la compañía de seguridad ha pulverizado sus cifras de negocio en España a lo largo del primer semestre del año. Una noticia que tampoco debería sorprender a nadie. Al fin y al cabo, la firma ha orquestado una campaña tan efectiva como poco ética. Así, si a un numeroso grupo de agresivos comerciales entrenados a base de barras de hierro y bates, se le une una campaña mediática desmedida y unos políticos (de ambos bandos) irresponsables. El resultado es un negocio muy lucrativo.

Para entender todo lo ocurrido hay que ir por partes. En este caso, lo mejor es empezar por el final, dado que los resultados obtenidos es el mejor reflejo de todo lo que hay detrás. Así, la matriz sueca de Securitas Direct, Verisure, disparó casi un 10% sus ingresos en el primer semestre del año hasta superar los 1.000 millones de euros, gracias a una incorporación récord en el número de clientes. Pero sus buenos datos no se quedan ahí. Este fuerte aumento de la facturación le ha permitido incrementar el Ebitda ajustado en un formidable 17,2% respecto del mismo periodo de un año antes.

Pero no todos los datos económicos de Verisure son directamente atribuibles a Securitas Direct. Aunque sí forman el grueso de ellos. De hecho, las cifras de la filial española probablemente sean mucho más espectaculares. La razón es que el conglomerado sueco también posee compañías en muchos otros países donde el negocio ha caído. En especial, en Latinoamérica dónde las fuertes depreciaciones de sus monedas nacionales han hundido el valor en euros de sus ingresos. Aun así, la compañía ha logrado disparar sus resultados y mejorar los logrados en 2019 pese a la lamentable situación económica y que un año antes ya habían sido muy elevados.

TENSIÓN COMERCIAL EN SECURITAS DIRECT

Otra pista sobre los más que buenos resultados obtenidos por Securitas en los primeros meses del año vienen de su competencia. Así, la unidad de seguridad y vigilancia en entornos residenciales de Johnson Controls Technologies & Solutions, ADT; incrementó sus ventas en España entre un 10 y un 15% «exclusivamente por el tema de la okupación«, según reflejó El Español. Un rango de porcentaje (y una explicación) que casa a la perfección con el que podría haber tenido la filial de española en el primer semestre del 2020 a raíz de las cifras presentadas por su matriz.

La base de este buen desempeño de la firma radica en su numeroso grupo de comerciales, que supone un porcentaje muy elevado de sus empleados, y sus prácticas agresivas. De hecho, muchos han sido adiestrados en el uso del miedo como fórmula más efectiva para la venta. Hasta el punto, de que son ellos mismos los primeros en sufrirlo. Una porra policial o una barra de hierro son algunos de los elementos que se utilizan en sus jornadas de preparación, al más puro estilo del Lobo The Wall Street.

De hecho, en las muchas clases de formación que reciben sus empleados, a las que ha tenido acceso MERCA2, se pueden escuchar frases del estilo: «Visto que la semana pasada no hicimos los objetivos he tenido que echar mano del barrote». «Nosotros tenemos que demostrar que estamos todo el día picando (…) que estamos todo el puto día en la calle». Una política que se traslada a la perfección al cliente. Y que, además, tiene grandes resultados, ya que Securitas ha multiplicado por tres sus ingresos en la última década.

PWC DENUNCIA OCULTISMO EN LOS SUELDOS DE SECURITAS

A ese pelotón de venta sin escrúpulos se le une una campaña mediática como nunca se había visto sobre la ‘Okupación’. Un problema que es tan real (con un crecimiento desmedido en los últimos años) como residual (al afectar a muy pocas viviendas, todas ellas prácticamente de bancos y fondos). Una dicotomía en la que los medios han encontrado un filón de audiencia y los políticos, en especial desde la ultraderecha, una oportunidad fantástica para colar su mensaje. Más si cabe, cuando aquellos que gobiernan ahora (y deben legislar) siempre se han mostrado simpatizantes de dicho movimiento.

Aunque las más beneficiadas, sin lugar a dudas, son las empresas del sector. Sus inversores han extraído de la compañía cientos de millones en dividendos en los últimos años. Hasta el punto, de que Securitas ha atraído hasta su accionariado a una de las familias más pudientes de España, los March, a través de su grupo de inversión, Corporación Alba. En concreto, tomaron cerca de un 7% del entramado societario de Verisure por 557 millones de euros en 2018, lo que suponía valorarla en más de 6.000 millones. Un conglomerado, que hay que recordar, que tiene como principal activo a la filial española.

El conglomerado, además, se ha convertido en un agujero negro para auditores, Hacienda o Seguridad Social. Las cuentas auditadas de 2016, 2017 y 2018 se han cerrado siempre con salvedades del auditor, en este caso Price Waterhouse Cooper. La razón es que Securitas no desglosa los sueldos como exige la ley mercantil española, de tal manera, que PWC avisa de singularidades como que no se pueden conocer «los salarios de los empleados», «la brecha salarial» o la «remuneración media de los consejeros y directivos».


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