El sector eléctrico ha terminado de mirarse al espejo de las telecomunicaciones. Ofertas paquetizadas y guerra comercial empujada por las pequeñas comercializadoras. Ante este escenario, Iberdrola ha decidido no perder terreno. El gigante energético aprieta a la competencia con precios a la baja para recuperar parte de lo perdido en el segmento residencial.
Desde hace meses las compañías eléctricas han acelerado el pulso comercial. Endesa lleva semanas de ofertas para reflotar su cartera de clientes en el negocio de la electricidad para compensar su menor presencia en el ámbito industrial. Así, la compañía dirigida por José Bogas pisa el acelerador en este ámbito; pero no se ha quedado atrás la eléctrica de Ignacio Sánchez Galán.
Telemarketing, correo electrónico, medios de comunicación… Iberdrola tiene activadas importantes promociones con descuentos en el recibo de la luz. Y todo ello se refrenda con los precios que tiene en el mercado la compañía de origen vasco. En concreto, según datos del comparador de precios de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Iberdrola tiene los precios más ajustados en el segmento doméstico.
Por ejemplo, para hogares con potencia instalada entre 3,5 y 4,7 kW, más o menos la media nacional, las propuestas de ‘solo luz’ con mejores precios los tiene Iberdrola. Diseminadas entre distintos tipos de tarifas de los vascos se encuentran las comercializadoras ‘outsiders’ como Enercoluz, Atulado o Bulb. Y la primera de las grandes que aparece es Naturgy. Curiosamente Endesa, pese a sus fuertes promociones, no se encuentra entre las eléctricas que ofrece los precios de la luz más competitivos.
En cuanto a las ofertas conjuntas de luz y gas, donde las energéticas ponen todo su empeño para la captación de clientes residenciales, Iberdrola se muestra de nuevo con los precios más ajustados con facturas anuales que estarían por debajo de los 1.000€. En este caso, los consumos serían de 4 kW en la potencia instalada y 6.000 kWh/año para el gas. Aquí, tanto EDP como Cepsa sí plantean precios muy similares, mientras que solo Holaluz y Podo tienen precios ajustados para competir con los grandes.
IBERDROLA, SIN CEDER TERRENO
La ecuación para Iberdrola, al igual que las grandes eléctricas, viene resuelta por la necesidad. Pese a que entre las tres grandes tienen un control casi absoluto en los mercados de la luz y el gas, la realidad es que llevan años cediendo terreno.
Así, según los datos sobre comercializadoras del Q4 de 2019 que ofrece la CNMC, las cifras deberían inquietar a los grandes, sobre todo Iberdrola. Un ejemplo es la evolución de la cuota de negocio del mercado libre de la electricidad. La compañía de Sánchez Galán ha sumado en los últimos 4 años unos 150.000 nuevos clientes de un total de 2 millones de nuevos consumidores que se han añadido a esta modalidad. De hecho, su cuota de mercado ha pasado del 38% al 35% en tres ejercicios.
Endesa ha perdido un punto y Naturgy dos. Pueden parecer pérdidas simbólicas, pero significan la ratificación de la confianza en las nuevas comercializadoras que han sido las que han añadido el mayor número de clientes.
En el negocio del gas la situación es similar. Aunque en ese caso, el principal perjudicado es Naturgy, que se ha dejado hasta seis puntos en la cuota de mercado. Mientras, Iberdrola y Endesa mantienen el pulso, y ahora con sus agresivas campañas de captación, seguramente metan más presión. De igual modo, las nuevas comercializadoras ‘outsider’ también han repuntado en los servicios de gas.
COYUNTURA ECONÓMICA
Este contexto de ofertas y contraofertas, aunque algunas de ellas con una poderosa letra pequeña, se entiende en una coyuntura económica muy complicada para los españoles tras el paso de la pandemia. Por ese motivo, las ofertas que prometen un ahorro significativo en la factura de luz se están abriendo paso. Aunque lo importante, a veces, también es mirar a largo plazo algunas consideraciones.
Cabe recordar que gran parte del recibo de la luz no tiene nada que ver con el consumo. Son impuestos y tasas los que se comen una parte significativa. Junto a estos conceptos, también está la potencia instalada en el hogar, que sería algo así como la “fuerza” energética que tiene la vivienda.
Ese apéndice cuesta más caro cuando mayor es la potencia. El hogar medio español fluctúa entre los 3 kW y los 4,7 kW. Para valorar esa cuestión depende del tamaño de la casa, el número de electrométricos conectados a la luz y las personas que los usen. Algunas organizaciones de usuarios estiman una variación de hasta 200€ al año cuando se tiene más potencia contratada de la necesario.
Por eso, en las ofertas de Iberdrola y el resto de compañía, una de las cuestiones que un usuario debe tener en cuenta es si la promoción puede alterar la potencia contratada en detrimento del propio consumo, que a veces tiene menor incidencia.