El otoño también es rico en productos de temporada: las manzanas están en su apogeo; la pera de temporada está espectacular, con las lluvias han florecido las setas y los hongos para los amantes de la micología… y también aporta algunos frutos que son manjares muy versátiles y que identificamos con el frío. Y es que no hay nada como caminar cuando arrecia el frío con unas castañas recién asadas en las manos. ¡Calientan el alma! Sin embargo, las castañas nos dan mucho más juego en la cocina, como nos hemos propuesto mostraros. Ya sea para hacer un puré de castañas, una crema suave, como salsa o como dulce, las castañas son un alimento nutricionalmente saludable que merece la pena conocer y probar. Te enseñamos cómo preparar una crema de castañas exquisita en muy pocos minutos.
A nivel nutricional, las castañas son ricas en minerales básicos como el hierro, el calcio y el fósforo. Como cualquier otro fruto seco, también aporta sodio y potasio en cantidades más que notables. Aunque, eso sí, la castaña es uno de esos frutos de las naturaleza que los diabéticos deben moderar su consumo. Por el contrario, se tiene como un alimento muy adecuado tanto para niños como para embarazadas y personas mayores -siempre y cuando, insistimos, no sean diabéticos-.
6CÓMO PRESENTAR LA CREMA DE CASTAÑAS
Una vez tenemos la sopa de crema de castañas elaborada y reposada, lo ideal es servirla siempre caliente. Ayuda a calentar el estómago y el cuerpo. Eso sí, mejor para la comida que para la cena, ya que es un poco pesada para la digestión nocturna. Para servirla, puedes acompañarla de unas rebanadas de pan tostado o bien de unos picatostes. En cualquier caso, siempre se añaden al final, antes de presentarla a la mesa, ya que de lo contrario lo único que se consigue es que se muela el pan y no tengamos ese contraste entre la crema suave y ligera y el ‘encontrón’ crujiente del pan tostado.